Juan Sánchez Peláez, nace en Altagracia de Orituco, Guárico, Venezuela en el año de 1922, contando con 18 años (1940) viaja a Chile y se integra al grupo Mandrágora, allí se interna en el mundo del surrealismo del cual se convertirá a lo largo de su vida en uno de los mayores exponentes.
Sánchez Peláez, presenta una obra poética escasa
.-Elena y los elementos (1951)
.-Animal de costumbre (1959)
.-Filiación oscura (1966)
.-Lo huidizo y permanente (1969)
.-Rasgos comunes (1975)
.-Por cual causa o nostalgia (1981)
.-Aire sobre aire (1989)
ya que huía de los publicadores de oficio, pero lo suficientemente sólida y alucinante como para ser considerado como uno de los mayores exponentes de poesía en habla castellana, como bien dijo de él, Álvaro Mutis: “Es el secreto mejor guardado de América Latina”. Muere en Caracas, Venezuela el 20 de noviembre de 2003. Su obra poética está publicada por Lumen, Barcelona, España (2005).
Sánchez Peláez, presenta una obra poética escasa
.-Elena y los elementos (1951)
.-Animal de costumbre (1959)
.-Filiación oscura (1966)
.-Lo huidizo y permanente (1969)
.-Rasgos comunes (1975)
.-Por cual causa o nostalgia (1981)
.-Aire sobre aire (1989)
ya que huía de los publicadores de oficio, pero lo suficientemente sólida y alucinante como para ser considerado como uno de los mayores exponentes de poesía en habla castellana, como bien dijo de él, Álvaro Mutis: “Es el secreto mejor guardado de América Latina”. Muere en Caracas, Venezuela el 20 de noviembre de 2003. Su obra poética está publicada por Lumen, Barcelona, España (2005).
CONDICIONALES
Si espero no renunciar a ti si espero alcanzar si alcanzo
si no alcanzo si esperando alcanzar alcanzo si debo
comenzar por la ruta difícil de la larva y la oruga si subo bajo
y me reconozco indemne si abjuro del latigazo el sufrimiento
las inhibiciones de persona a persona si fijo fuera de tono
en fila surco madre mi socorrida mustia aureola evanescente
agua fuerte del paria chopo sonoro caprichoso hosco alegre
lívido horror tranquilo en la red abierta como si no viviera
para llegar a ti.
Juan Sánchez Peláez (Rasgos Comunes, 1975)
Si espero no renunciar a ti si espero alcanzar si alcanzo
si no alcanzo si esperando alcanzar alcanzo si debo
comenzar por la ruta difícil de la larva y la oruga si subo bajo
y me reconozco indemne si abjuro del latigazo el sufrimiento
las inhibiciones de persona a persona si fijo fuera de tono
en fila surco madre mi socorrida mustia aureola evanescente
agua fuerte del paria chopo sonoro caprichoso hosco alegre
lívido horror tranquilo en la red abierta como si no viviera
para llegar a ti.
Juan Sánchez Peláez (Rasgos Comunes, 1975)
PERSISTENCIA
A Ella (y en realidad sin ningún límite). Con holgura y
placer.
A Ella, la víbora y la abeja: La desnudez preciosa.
A Ella, mi transparencia, mi incoherente arrullo, el rumor
que sube en las raíces de mi lengua.
A Ella, cuando regreso de las inmensas naves que hay en
el cuerpo huraño con un sol inmóvil.
A Ella, mi ritual de beber en su seno porque quiero
comenzar algo, en alguna dirección.
A Ella, que abre el sobre de mis amuletos.
A Ella, que en la balanza anónima de la memoria y en las
horas finales prolonga mi presencia real y mi presencia
ilusoria sobre la tierra.
A Ella, que con una frase insomne divaga en el umbral
de mis lámparas.
A Ella, a causa de un vocablo que me falta y a la vez
usufructo de un breve viaje que podría revelarme.
-Duerme, pero la obra humana es el instante; al dormir
se cierra con furor la gran jaula.
-Despierta, pero esboza en las márgenes de tus cejas el
oro próximo del sueño.
-Revuélcate en esa parálisis fuera del yo de los ciegos
viajeros.
¡Adónde mi ninguna faz con años!
A Ella, los abismos que hay de mi amor a mi muerte
cuando caiga a plomo sobre la tierra y en lugar
de señales desaparezca el sitio de ánima sola.
Juan Sánchez Peláez (Filiación Oscura, 1966)
A Ella (y en realidad sin ningún límite). Con holgura y
placer.
A Ella, la víbora y la abeja: La desnudez preciosa.
A Ella, mi transparencia, mi incoherente arrullo, el rumor
que sube en las raíces de mi lengua.
A Ella, cuando regreso de las inmensas naves que hay en
el cuerpo huraño con un sol inmóvil.
A Ella, mi ritual de beber en su seno porque quiero
comenzar algo, en alguna dirección.
A Ella, que abre el sobre de mis amuletos.
A Ella, que en la balanza anónima de la memoria y en las
horas finales prolonga mi presencia real y mi presencia
ilusoria sobre la tierra.
A Ella, que con una frase insomne divaga en el umbral
de mis lámparas.
A Ella, a causa de un vocablo que me falta y a la vez
usufructo de un breve viaje que podría revelarme.
-Duerme, pero la obra humana es el instante; al dormir
se cierra con furor la gran jaula.
-Despierta, pero esboza en las márgenes de tus cejas el
oro próximo del sueño.
-Revuélcate en esa parálisis fuera del yo de los ciegos
viajeros.
¡Adónde mi ninguna faz con años!
A Ella, los abismos que hay de mi amor a mi muerte
cuando caiga a plomo sobre la tierra y en lugar
de señales desaparezca el sitio de ánima sola.
Juan Sánchez Peláez (Filiación Oscura, 1966)
HOY
Voy a disponer en fila india mil lanzas contra el asfalto del cielo.
Vengo a sellar jarras labradas; a detenerme en la médula, en la
piel, en la flor. A nivel de la concavidad marina, sacaré el pez, de
cuajo, con una vara de estrellas. El mundo se halla hoy al alcan-
ce de mis ojos tranquilos, y vivo en el reflejo, en línea recta, su
claridad concéntrica.
Juan Sánchez Peláez (Rasgos Comunes, 1975)
Voy a disponer en fila india mil lanzas contra el asfalto del cielo.
Vengo a sellar jarras labradas; a detenerme en la médula, en la
piel, en la flor. A nivel de la concavidad marina, sacaré el pez, de
cuajo, con una vara de estrellas. El mundo se halla hoy al alcan-
ce de mis ojos tranquilos, y vivo en el reflejo, en línea recta, su
claridad concéntrica.
Juan Sánchez Peláez (Rasgos Comunes, 1975)
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