sábado, junio 28, 2008

XVII

Pablo Neruda








XVII



No te amo como si fueras rosa de sal, topacio

o flecha de claveles que propagan el fuego:

te amo como se aman ciertas cosas oscuras,

secretamente, entre la sombra y el alma.


Te amo como la planta que no florece y lleva

dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores,

y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo

el apretado aroma que ascendió de la tierra.


Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde,

te amo directamente sin problemas ni orgullo:

así te amo porque no sé amar de otra manera,
sino así de este modo en que no soy ni eres,


tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía,

tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño.





Pablo Neruda

martes, junio 24, 2008

Sentencia



Sam Shepard








La gente de aquí

se ha convertido

en la gente

que finge ser.





Sam Shepard

Un texto de Jacqueline Goldberg





LLEGO SEDIENTA
buscando algo triste

un bolero
quizá


Jacqueline Goldberg

domingo, junio 22, 2008

Dos cuerpos





Dos Cuerpos



Cuantas veces a tientas, en la noche,
sueñan dos cuerpos fundirse en uno solo
sin saber que al final son tres o cuatro.
Ocurre siempre que ante el desnudo de la carne
y su ávido misterio:
de pronto un ojo extraño se abre en las almohadas,
cruzan labios volando por la niebla,
surgen intempestivas voces
de olvidados amantes.
Los espejos protegen a esos duendes
interpuestos en los jadeos
y los susurros.
Nada delata en las alcobas
sus crueles usurpaciones sentimentales.
Solamente la luna
sabe qué manos verdaderas se acarician,
qué rostros ríen detrás de las máscaras
y quiénes envueltos en la sombra
con pasos furtivos se reencuentran.
Solamente la luna que es redonda,
lenitiva y amarga.


Eugenio Montejo

Algunas de nuestras palabras







Algunas de nuestras palabras





Algunas de nuestras palabras

son fuertes, francas, amarillas,

otras redondas, lisas, de madera...

Detrás de todas queda el Atlántico.



Algunas de nuestras palabras

son barcos cargados de especias;

viene o van según el viento

y el eco de las paredes.


Otras tienen sombras de plátanos,

vuelos de raudos azulejos.

El año madura en los campos

sus resinas espesas.


Palmeras de lentos jadeos

giran al fondo de lo que hablamos,

sollozos en casa de barro

de nuestras pobres conversas.


Algunas de nuestras palabras

las inventan los ríos, las nubes.

De su tedio se sirve la lluvia

al caer en las tejas.


Así pasa la vida y conversamos

dejando que la lengua vaya y vuelva.

Unas son fuertes, francas, amarillas,

otras redondas, lisas, de madera...

Detrás de todas queda el Atlántico.



Eugenio Montejo.

sábado, junio 21, 2008

Un texto de Benedetti





Estados de ánimo




A veces me siento
como un águila en el aire.
-Pablo Milanés




Unas veces me siento
como pobre colina
y otras como montaña
de cumbres repetidas.



Unas veces me siento
como un acantilado
y en otras como un cielo
azul pero lejano.



A veces uno es
manantial entre rocas
y otras veces un árbol
con las últimas hojas.



Pero hoy me siento apenas
como laguna insomne
con un embarcadero
ya sin embarcaciones
una laguna verde
inmóvil y paciente
conforme con sus algas
sus musgos y sus peces,
sereno en mi confianza
confiando en que una tarde
te acerques y te mires,
te mires al mirarme.



Mario Benedetti

El sublime arte de Sinéad O´Connor

Sacrifice

Rostro de vos







Rostro de vos


Tengo una soledad
tan concurrida
tan llena de nostalgias
y de rostros de vos
de adioses hace tiempo
y besos bienvenidos
de primeras de cambio
y de último vagón.



Tengo una soledad
tan concurrida
que puedo organizarla
como una procesión
por colores
tamaños
y promesas
por época
por tacto
y por sabor.



Sin temblor de más
me abrazo a tus ausencias
que asisten y me asisten
con mi rostro de vos.



Estoy lleno de sombras
de noches y deseos
de risas y de alguna
maldición.



Mis huéspedes concurren
concurren como sueños
con sus rencores nuevos
su falta de candor
yo les pongo una escoba
tras la puerta
porque quiero estar solo
con mi rostro de vos.



Pero el rostro de vos
mira a otra parte
con sus ojos de amor
que ya no aman
como víveres
que buscan su hambre
miran y miran
y apagan mi jornada.



Las paredes se van
queda la noche
las nostalgias se van
no queda nada.



Ya mi rostro de vos
cierra los ojos
y es una soledad
tan desolada.



Mario Benedetti.

El arte de Kate Bush

ROCKET MAN
(Observa el instrumento que ejecuta Kate)

Poema de Leonardo Padrón

Leonardo Padrón





Poema


Has llegado tan impuntualmente a mi vida

que he decidido corregir todos los relojes

hacia tu posibilidad.

Que este poema te suba la falda

que te arrime hacia la mesa

lubricándote el cierre

abriéndote las ganas

que te humedezca lentamente

gastándose en el fin de tus piernas

en tus últimas partes

que te incendie contra la pared

alzándote, removiéndose, luchándote

contigo en las uñas, el grito mínimo, en el cuello

que te sea enorme, violenta y penetrada

que este poema te rasgue el deseo

que gimas entre tus brazos

¡ah! Esta caricia desquiciada

y la furia el jadeo

hasta sangrarnos



Leonardo Padrón

Matrimonio de Rafael Cadenas






MATRIMONIO


Todo, habitual,

sin magia,

sin los aderezos que usa la retórica,

sin esos atavíos con que se suele recargar el misterio.



Líneas puras, sin más, de cuadro clásico.

Un transcurrir lleno de antigüedad,

de médula cotidiana,

de cumplimiento.

Como de gente que abre a la hora de siempre.


Rafael Cadenas

miércoles, junio 18, 2008

HOMENAJE A MONTEJO EL PROXIMO 07 DE JULIO



Homenaje a EUGENIO MONTEJO a un mes de su partida




Un Poeta nunca muere, sigue viviendo en cada uno de sus poemas. Entonces, por qué enterrar a nuestros Escritores como si no hubiesen existido, como si sus vidas no nos hubiesen marcado, como si no fuesen hacedores de la historia. Se nos murió Hanni Ossott, Elizabeth Schön y guardamos silencio. Se nos murió Adriano González León y callamos. Hace dos semanas se nos murió Eugenio Montejo. No podemos quedarnos indiferentes, que el minuto de silencio sea un poema. Si lo sientes profundamente, si sus versos resuenan y tocan tu humanidad, si lo recuerdas,

te invitamos a homenajearlo, a un mes de su partida.

El lunes 7 de julio, en el transcurso del día, estés donde estés, en Caracas, en el interior o el exterior de Venezuela, solo o acompañado, haz un alto y lee en voz alta un poema de Montejo. Si puedes, forma un grupo y lee en público, acércate a un espacio abierto, a un café literario, a una galería de arte, a una librería. También pide a los profesores de las universidades, de los colegios, que dediquen en su clase un espacio al poeta. Llama a las emisoras de radio que conozcas y pide a los locutores que se sumen a esta iniciativa. Te sugerimos elijas el poema de Montejo que más te guste. Si no tienes a mano uno, puedes disponer del poema transcrito abajo. Seamos un MICRÓFONO ABIERTO para la poesía.

Reenvíanos este mail a
autoresvenezolanos@gmail.com con el asunto: Pongámosle voz a quien nos dio su voz aceptando tu intervención en este enlace poético en honor al inmenso y universal Poeta Eugenio Montejo.

Autores Venezolanos
Astrid Lander e Isabel Cecilia González




LA POESÍA

La poesía cruza la tierra sola,
apoya su voz en el dolor del mundo
y nada pide
-ni siquiera palabras.
Llega de lejos y sin hora, nunca avisa;
tiene la llave de la puerta.
Al entrar siempre se detiene a mirarnos.
Después abre su mano y nos entrega
una flor o un guijarro, algo secreto,
pero tan intenso que el corazón palpita
demasiado veloz. Y despertamos.

Del poemario Adiós al Siglo XX (1992)
EUGENIO MONTEJO

lunes, junio 16, 2008

Entrevista a Eugenio Montejo

http://www.el-nacional.com/entrevistas/montejo.asp

Caracas, 25 de Abril de 2004 12:56:18 p.m.

“Los relojes de nuestros gobernantes no marcan el siglo en que vivimos”

El poeta citado en la película 21 gramos acusa a la dirigencia política de actuar según los hábitos caudillescos del siglo XIX y considera que el primer deber de un país que quiera exaltar lo nacional es cuidar el lenguaje. También guarda especial preocupación por las intenciones totalitarias que se esconden detrás del fomento a una obligatoria militancia política.

ERNESTO CAMPO
ecampo@el-nacional.com



Reconocido por su verbo conciso y denso, Montejo se cuenta entre el grupo de intelectuales venezolanos con sobrados méritos para que su voz se oiga más alto en el debate público. No se equivocó Elisa Lerner cuando aseguró que un automóvil valía más que un intelectual, aun en un país habitado por la palabra de buenos poetas. Sin embargo, una cita de su obra, en una cinta de Hollywood, arrancó los aplausos de miles de cinéfilos del mundo entero y, al menos ese tímido homenaje, lo sacó de un estadio muy cercano al olvido.

Porque, aparte de hablar de amor, componer melodías míticas, apostar sus líneas por la tradición y, como anotara Guillermo Sucre, dibujar el silencio, el poeta de raíces valencianas tiene mucho que decir como humilde ciudadano.


Usted ha dicho que pertenecemos más a nuestra época que a nuestro país ¿Cómo se construye entonces la identidad?-Esa afirmación, que después he repetido, según la cual “el hombre pertenece más a su tiempo que a su país”, es del poeta W. B. Yeats. Se trata de una observación penetrante, como todas las suyas, que resalta la condición temporal del hombre por encima de los elementos geográficos y espaciales. Ocurre que con un hombre de nuestro tiempo tenemos en común más cosas que con alguien de otro siglo, aunque sea de nuestro mismo país. Debo decir que ya no repito literalmente la frase de Yeats. Ahora digo simplemente que uno pertenece más bien a su destino, es decir, a su propio naufragio. En cuanto a la identidad, me parece interesante lo que a propósito de este tema observó Gombrowicz en su Diario escrito en Argentina. Al gran narrador polaco le aburrían las infinitas discusiones que a propósito de la identidad se prolongaban en los cafés, una y otra vez, hasta altas horas de la madrugada. Gombrowicz no les encontraba sentido a esas interminables disquisiciones, y se limitaba a anotar: “¿Quieres saber quién eres, cómo eres? Pues actúa; así podrás ver que lo que hagas y el modo como lo hagas van a definirte”.


¿Adónde nos lleva el afán gubernamental de imponer su idea de nacionalismo? ¿Ese deseo gubernamental de convertir a todos en militantes polí­ticos no conspira contra el humilde deseo de las personas de vivir, soñar y amar en paz?

-Existe ahora, sin duda, una manipulación del sentimiento nacionalista, como existió también en tiempos de Pérez Jiménez. No hay duda de que en los actuales momentos esa tendencia sintoniza una reacción más o menos mundial, que se ha consolidado después de la extinción del llamado mundo bipolar, es decir, al término de la guerra fría. La exaltación del nacionalismo se erige en contra de la tendencia mundializadora que propone la uniformidad de las conductas sociales y políticas. El problema presenta muchos matices, sin embargo. Nunca está mal defender lo propio; el asunto es cómo hacerlo. Si divulgamos piezas de nuestra música como, por ejemplo, el Joropo de Moleiro, los valses de Lauro, le estamos ofreciendo al mundo obras musicales en que nosotros nos reconocemos y en que otros pueblos pueden también reconocerse. En cambio, el nacionalismo primario, con propósitos de manipulación política, a nada conduce. Empecemos por el uso del lenguaje: si vamos a exaltar lo nuestro, lo primero es poner el mayor cuidado en el lenguaje. Rafael Cadenas viene llamando la atención desde hace décadas sobre este asunto. El intencionado mal uso del idioma, el empleo deliberado de expresiones chabacanas dichas desde los medios de mayor difusión, supone un menosprecio de la lengua, así como de la memoria de quienes han hablado esta lengua entre nosotros a lo largo de cinco siglos. Tal vez en el empleo del léxico y la entonación se concreta uno de los rasgos más sensibles de la identidad de un pueblo, de allí la necesidad de prestar la mayor atención al lenguaje. Me pregunto sin ironía si en el lenguaje de nuestros actuales gobernantes la gente se reconoce.


¿Qué hay de obligar a la sociedad a la militancia política?


-En cuanto a la intención de convertirnos a todos en militantes políticos, no estaría mal si ello respondiera a un deseo de despertar la responsabilidad del ciudadano, del hombre que participa y se sabe respetado. Lamentablemente, lo que se comprueba es una intención totalitaria, al estilo de las formas controladoras del pasado siglo, pese a que todo ello históricamente ya quedó atrás. Reparemos en que nuestros gobernantes suelen exhibir relojes finos y costosos, tal vez obsequios de sus acólitos que los saben sensibles a tales joyas. Digo esto porque son relojes que dan el mes, el año, la hora, el minuto, el segundo, pero que, al parecer, no marcan el siglo en que vivimos. De otro modo se enterarían de que el siglo XIX, con el yo vociferante de sus caudillos y la polvareda de sus caballos, se encuentra ya muy lejos de estos tiempos.


Intelectualidad y coyuntura


¿Es momento para que hablen los poetas y los intelectuales? ¿Serán escuchados? (Elisa Lerner escribió hace exactamente 44 años en “Una alocución presidencial” que ”aquí­ un carro importado tiene más valor que un escritor”).

-Creo que los poetas e intelectuales no han permanecido callados ante la actual crisis. De un modo u otro, sus opiniones a través de artículos, entrevistas, foros, pronunciamientos conjuntos, etc, se han manifestado. Ha nacido una excelente revista, “El Puente”, dirigida por Yolanda Pantin e Igor Barreto, que divulga, entre otras cosas, serias reflexiones sobre esta hora de nuestro país. Ahora bien, las opiniones de los intelectuales, que ahora en cierta forma han vuelto a ser tomadas en cuenta, fueron olvidadas durante mucho tiempo. Tal vez ello constituya, junto a otras causas, uno de los gérmenes de la actual crisis. Viene muy a propósito el nombre de Elisa Lerner, pues ella desde hace tiempo ha denunciado el olvido del intelectual en nuestros medios. En la prensa venezolana de la década de los cuarenta y cincuenta, el intelectual cumplía su función orientadora. Los hombres de mi edad leímos a los grandes escritores del país y del continente en las páginas cotidianas de nuestros diarios. En algún momento ello dejó de ser así. Un buen día, pensadores eminentes como Isaac J. Pardo, por ejemplo, supieron que su columna periodística ya no saldría más. En reemplazo de los intelectuales, escribió una vez Antonio López Ortega, fueron llamados los gerentes. En fin, rozamos aquí un tema que deberá ser analizado una vez que se supere la actual crisis. Por ahora todos debemos apoyar a nuestra prensa ante los incesantes ataques de que es objeto con el propósito de acallarla.


¿Cuál es el perfil del intelectual venezolano? ¿Tiene algún parecido con lo que representaron Úslar, Liscano, Cabrujas? ¿Cuál tipo de intelectuales necesita el país?


-No me atrevería a indicar un perfil determinado del intelectual venezolano. Cualesquiera sean sus rasgos, deben acompañarlo la lucidez y la responsabilidad. Cuando el joven Picón Salas llega de Mérida, en pleno gomecismo, antes de partir a Chile, invoca la necesidad de la lucidez para afrontar aquellos días. Por lo demás, creo que la función de los medios no puede ser otra que la de servir de espejos verídicos, donde la sociedad pueda mirarse cabalmente en lo que ha sido, en lo que es y en lo que puede llegar a ser. Lo que importa es que la visión que se obtenga del espejo sea nítida y honesta. Creo que Úslar y Liscano, como Cabrujas, pero también Juan Nuño, Salvador Garmendia, y muchos otros dejaron constancia de sus aportes y esfuerzos. Se echa de menos, sin embargo, a los viejos directores de los diarios. Pienso en Antonio Arraiz, por ejemplo, capaz de convocar a un conjunto de intelectuales y artistas que respaldaron un noble proyecto periodístico.


Por otra parte, ¿qué opina sobre lo que está sucediendo en el sector cultural venezolano?


-Tanto en su gestión como en su forma resulta lamentable la acción cultural del actual gobierno. Desde un principio, a poco de iniciarse el presente período, los despidos de directores de instituciones hechos en forma tan hiriente y descomedida marcaron una pauta de estilo y procedimientos que no ha cesado de recrudecer. Gente muy calificada, que ha costado mucho formar, viene siendo reemplazada por adeptos. No deseo abundar, pues todo ello ha sido denunciado puntualmente.


Después de los acontecimientos violentos de hace unas semanas, ¿considera que queda oportunidad para la palabra, para conversar y pactar o se ha abierto el camino para una resolución cruenta de las diferencias entre ambos bandos?


-En los acontecimientos de fines de febrero se produjo un punto de inflexión de las acciones del gobierno. La represión y brutalidad marcaron el inicio de una nueva conducta del régimen, que no sé hacia dónde conduce. Ya los politólogos y sociólogos nos ayudarán a aguzar la percepción de todo esto. Por mi parte, deseo destacar algo que resulta inédito en nuestra expresión política. Me refiero a la participación multitudinaria de la mujer, de todas las edades, en las actuales luchas por la democracia y los derechos ciudadanos. Es un fenómeno nuevo. Durante la época de las guerrillas, en la década de los sesenta, la mujer no se involucró de este modo. Participaron algunas estudiantes, profesoras y militantes, pero la representación múltiple y corajuda de hoy, que por igual comprende a una señora de sesenta años como a una muchacha de dieciocho, es nueva y debe llamarnos a meditar.


¿Por qué ha salido la mujer de modo tan decidido y resuelto? ¿Qué la llama a acudir incansablemente a marchas y acciones de resistencia?


-A salvo de mejores explicaciones, creo que la mujer ha reaccionado porque ha visto en la actualidad el modo grave como se quebrantan las formas, y ella ha sido siempre la transmisora de las formas en nuestra cultura. El hombre tradicionalmente se ha largado a hacer la guerra o bien por otros motivos, y queda la mujer. Tanto la mujer de poca instrucción como la graduada, siempre ha sido la mujer la que enseña en la casa las formas de habla, de sentimiento, formas de pensamiento, formas sociales, religiosas, psicológicas. Por humilde que pueda ser, siempre desea que su hijo hable del mejor modo, que se comporte correctamente, y se desvive en la custodia de estas formas heredadas. Ahora bien, cuando observa que desde la altura del máximo gobierno se llevan por delante las formas, cuando nada importa porque todo puede decirse y hacerse como sea, la mujer sale en defensa de las formas que siempre ha custodiado, y así lo hacen tanto la mujer humilde como la instruida, todas por igual.


Poesía y cine



¿La poesía sirve como testimonio? ¿Es necesario volver a ella para reconocernos en el pasado y pensar el futuro?


-”Me consta que la poesía es indispensable, pero no sé por qué”, escribió Jean Cocteau. Son precisamente las épocas de crisis las que muestran la necesidad de la poesía en la vida del hombre y de las sociedades. Tanto en las crisis personales, debidas a acontecimientos individuales, como en las catástrofes históricas, el hombre recurre a la palabra poética. Durante el estalisnismo, por ejemplo, la voz de Ana Ajtmátova, de Boris Pasternak, de Ossip Mandelshtam y Marina Tsvietáieva, junto a varios otros, confortaron al pueblo ruso. No por azar, frente al pequeño apartamento de la Ajtmátova aparecían de tanto en tanto al amanecer ramos de flores, cuando no dulces y panecillos puestos allí por manos anónimas. Es el testimonio del alma de un pueblo.


El poeta checo Vladimir Holan, durante la misma época, se encerró en su casa, en un islote frente a Praga, donde no recibía a casi nadie y trabajaba sólo de noche. Pero de algún modo, cuando la lámpara de la casa de Holan estaba encendida, muchos sentían que el alma checa también estaba encendida. Por lo demás, fue el mismo Holan quien escribió que “a un poeta no se le perdona nada, ni siquiera la muerte”.



¿Ha recibido cartas de lectores extranjeros que vieron la película 21 gramos y han sentido curiosidad de conocer su poesía?


-Una noche, hace ya más de dos años, recibí un correo electrónico del novelista mexicano Guillermo Arriaga, en el cual me participaba su proyecto fílmico. Le respondí agradecido, y creí entonces, no sé por qué, que se trataba de una película de formato parecido a las universitarias. Después, con la repercusión que esta película ha tenido en México y toda Latinoamérica, en Estados Unidos, y un poco por doquier, he pensado en lo que me tenía guardado aquel correo de Arriaga. Un gesto generoso y fraternal de su parte, que lleva la poesía -en este caso unos versos míos, pero que bien pueden ser de muchos otros- adonde debe estar: como compañera de todas las horas de la vida. Ahora, para responder a su pregunta, ciertamente, he recibido correos de diversos países y de gentes que no me conocen y quieren saber más de los versos que allí aparecen. En Valencia, la ciudad de mis ancestros, digamos mi ciudad pre-natal, han tomado la mención de mis versos allí como algo que cariñosamente es de todos los que me conocen, y ello me colma de satisfacción. Arriaga ha resaltado en su película y, sobre todo, en el excelente monólogo final, el peso que pierde un cuerpo al fallecer, es decir, lo que se ha llamado el peso del alma. Viene a ser éste el peso de la terredad de un hombre, o sea aquello que es íngrimamente suyo, lo que no tiene que devolver a la tierra, puesto que todo lo demás es prestado y aquí debe quedarse: el peso, en fin, del tiempo que vivimos en la tierra. Son sólo 21 gramos. Eso me lo hizo ver este film escrito por Arriaga que ha dirigido González Iñárritu.


¿Quién es Eugenio Montejo?



Nació en Caracas en octubre de 1938. Cursó estudios de Derecho en la Universidad de Carabobo, y de Sociología del Arte en La Sorbona, en los cursos dictados por Jean Cassou. Se adscribe a la generación literaria de 1958.

Aunque mayormente es recordado en la administración pública como Consejero para asuntos culturales de la embajada de Venezuela en Portugal, también se desempeñó como Director Literario de Monte Ávila Editores.


Entre sus libros de poesía figuran Élegos (1967), Muerte y memoria (1972), Algunas palabras (1977), Terredad (1978), Trópico absoluto (1982), Alfabeto del mundo (1986), Adiós al siglo XX (1997), Partitura de cigarra ( 1999) y Papiros Amorosos (2002); los últimos tres editados también en España.


Es autor también de dos colecciones de ensayos: La ventana oblicua (1974) y El taller blanco (1983); así como de un curioso volumen de escritura heteronímica: El cuaderno de Blas Coll (1981).


domingo, junio 15, 2008

Un texto de Freddy Ñañez



Freddy Ñañez (Caracas 1976)


Poeta, titiritero y cantante. Fundador de la editorial "Nadie nos edita".



Señora, usted se repite...



Señora, usted se repite en mí a cada momento

de la misma forma que una imagen plasmada

en el poema. Yo, acodado en mi ventana, la

observo intacta cada noche y no deja de

sorprenderme por bella y verdadera. Cada

instante usted hace lo mismo: se tumba

inmensa sobre la sábana con los ojos

achinados de tanto morder el día y de un

bostezo apaga todas las estrellas de la noche.


A oscuras me las arreglo para seguir

leyéndola, me guían perfumes alucinantes

que le anuncian desnuda en la deforme

penumbra. Usted siempre hará lo mismo

señora. Un sutil movimiento sobre la

almohada me informa que sus piernas están

abiertas, dispuestas a tragarse el universo.

Como en el poema Usted no advierte mi

presencia pero se deja apreciar en voz alta.



Siempre es igual señora, usted cansada

dormida y yo mirándola perdido en el pulso

de la noche. Usted tendida como un lago y yo

sediento cercano como un reflejo. Usted en la

profundidad de su piel y yo arriba muy arriba
loco encendido de alegría. En un momento

determinado un rayo parte en dos el

horizonte. Nuevamente la luz se alza

inmaculada como un punto final sobre la hoja.

Cierro los ojos y sin voltear la página, espero

otra noche por venir.


Freddy Ñañez.
Del libro " Un millón de pájaros muertos"

El árbol Editores. Venezuela

El arte de Lalo Rodríguez


Cesaria Evora - Bésame mucho

Adriana Calcanhotto e Daniela Mercury - Eu sei que vou te amar









jueves, junio 12, 2008

HOMENAJE A EUGENIO MONTEJO

El poeta y diplomático venezolano Eugenio Montejo, quien partió a otras dimensiones el día 06 de junio de 2008



AMANTES
Se amaban. No estaban solos en la tierra;
tenían la noche, sus visceras azules,
sus celajes.
Vivían uno en el otro, se palpaban
como dos pétalos no abiertos en el fondo
de alguna flor del aire.
Se amaban. No estaban solos a la orilla
de su primera noche.
Y era la tierra la que se amaba en ellos,
el oro nocturno de sus vueltas,
la galaxia.
Ya no tendrían dos muertes. No iban a separarse.
Desnudos, asombrados, sus cuerpos se tendían como hileras de luces en un largo aeropuerto
donde algo iba a llegar desde muy lejos,
no demasiado tarde.
--.--
MIENTRAS GIRE LA TIERRA
Déjame que te ame mientras gire la tierra
Y los astros inclinen sus cráneos azules
sobre la rosa de los vientos.
Flotando, a bordo de este día
En que al azar, por un instante,
despertamos tan cerca.
Pude vivir en otro reino, en otro mundo,
a muchas leguas de tus manos, de tu risa,
En un planeta remoto, inalcanzable.
Pude nacer hace ya siglos
cuando en nada existías
y en mis angustias de horizonte
adivinarte en sueños de futuro,
pero mis huesos a esta hora
Ya serían árboles o piedras.
No fue ayer ni mañana, en otro tiempo,
en otro espacio,
ni ocurrirá ya nunca,
aunque la eternidad cargue sus dados
a favor de mi suerte.
Déjame que te ame mientras la tierra siga
gravitando al compás de sus astros
y en cada minuto nos asombre
este frágil milagro de estar vivo.
No me abandones hasta que ella se detenga.
--.--
LA POESÍA
La poesía cruza la tierra sola,
apoya su voz en el dolor del mundo
y nada pide
ni siquiera palabras.
Llega de lejos y sin hora, nunca avisa;
tiene la llave de la puerta.
Al entrar siempre se detiene a mirarnos.
Después abre su mano y nos entrega
una flor o un guijarro, algo secreto,
pero tan intenso que el corazón palpita
demasiado veloz. Y despertamos.
EUGENIO MONTEJO

Acerca de la partida de Eugenio Montejo







Fallece el poeta venezolano Eugenio Montejo, perteneciente al consejo asesor de la Casa de los Poetas de Sevilla


El poeta venezolano Eugenio Montejo, miembro del Consejo de la Casa de los Poetas de Sevilla, falleció en Valencia (Venezuela) en la madrugada del pasado viernes 6 de junio, según informó en un comunicado esta institución adscrita al Instituto de la Cultura y las Artes (ICAS) del Ayuntamiento de Sevilla.


La Casa de los Poetas, en ese sentido, quiso reconocer y agradecer el 'compromiso' de Eugenio Montejo por su 'constante colaboración' al proyecto de la Casa desde sus inicios.


Francisco José Cruz, Director del proyecto Casa de los Poetas de Sevilla ha significado que 'su obra, al menos en lengua española, posee la visión espiritual más decantada y abarcadora de nuestra época, cuya abierta concepción del tiempo reconcilia a la vida y a la muerte en un solo misterio que extrañamente nos consuela de la fugacidad humana, al hacernos sentir, mediante una entrañable memoria afectiva, parte de un todo que gira confiado con la Tierra.


Quizá por esto he pensado siempre que Eugenio Montejo escribía sus poemas con la emotiva y remota conciencia de quien ya estuvo aquí antes y sabía que volvería a irse.'


lunes, junio 09, 2008

Posesión de Juan Sánchez Peláez






POSESIÓN




El mundo pesa inicuo y solemne en mis raíces.
Acepto tus manos, tu dicha, mi delirio
Si vuelves tú, si sueñas, tu imagen en la noche
me reconocerá.
Mi sangre de magia fluye hacia ti, bajo la
profecía del alba.


Juan Sánchez Peláez

domingo, junio 08, 2008

L´amante de Natasha Tiniacos

Natasha Tiniacos






L’amante


(poema cinematográfico pensado para ocho milímetros que ya filmaron otros)


Su meñique.

Su meñique sobre ella que aún huele a lolly pop de uva.

Se acerca como una bestia compasiva con su presa

acaso al principio,

porque al embestir somete su mano como lo que es,

pues,

como un salvaje

y la sostiene.



Ella mira por la ventana,

se concentra en los transeúntes,

en sus sandalias,

sus paraguas rojos,

sus bolsas cargadas de hortalizas.

No responde a la invitación de cinco dedos,

no sabe cómo,

aunque si hay algo irremediablemente claro

y vivo,

sobre ese asiento trasero,

es su cuerpo endureciéndose

e inclinándose al otro.



El carro se sacude sobre el camino de piedra.

Se detiene después de la curva.

Ella, tierna, se baja.



Al tiempo piensa en la mirada de sable

que la invadió en el trasbordador

y ve en su mano

la vena de su infancia,

rota.



Sale corriendo.

Corre sin detenerse.



Va por una calle angosta

acelerada,

cubierta en sudor,

sin poder disimular la curiosidad

detrás del vestido que tejió su madre

en lino ordinario

para que sus tetillas develaran el secreto.



Se tropieza con los caminantes

con los niños que salen del colegio

con los vendedores que arrastran sus carretas

tan semejantes

a ella que empuja ese pedazo de algo

incontrolable, nuevo,

eso que llaman,

algunos (creo),

virgen.



Llega a la habitación blanca,

vacía, casi.

La puerta se abre

Entra.

Las cortinas se baten violentamente.

Él aparece con un atuendo impecable,

contenido en su traje amarillo,

es un pájaro triste.

Sus músculos.

Sus brazos en primer plano.
Sus brazos tan definidos como tomates secos.

Su cuello como las horas difíciles.



Y es húmeda.

Su lengua es húmeda

y la envuelve como un aguacero.

Sus papilas saborean sus costillas y sus muslos.

Ella se encarama. La carga.

Es su niña.

Su niña ahora sí desvestida,

muñeca de glúteos descubiertos y blanquísimos.



Él susurra en su idioma fluido.

Sin traducción.

No importa ese ruido,

en la cama

toda lengua es animal muerto.



Ella se pinta la boca por primera vez para besar su espalda,

para dejar pista de su ruina

porque al descender

al abismo furioso de su pelvis

no tendrá puta idea

de cómo volver.



Estallan sobre el piso como figurillas de cristal Swarovski.

Afuera,

también;

una lluvia terrible.



Natasha Tiniacos


Un texto de Patricia Guzmán





Cuántos corazones he podado






Cuántos corazones he podado




los lanzo al río


si quiero que me encuentren




Los echo contra el piso


si quiero que me perdonen



Les doy de comer


si quiero que me amen




Patricia Guzmán

lunes, junio 02, 2008

La gran solución para escapar al síndrome de túnel carpiano









Una gran solución para evitar el síndrome de túnel carpiano es teclado ergonómico de Kinesis, el Kinesis Advantage Contour Keyboard, disponible tanto con conexión Standard como Pro USB, y que es compatible con Mac y PC. La principal característica que le distingue de otros teclados es que las teclas alfanuméricas están divididas en dos áreas cóncavas, y las teclas como mayúsculas, barra espaciadora, borrar, comando, opción y control se manejan con los pulgares en unas zonas añadidas más pequeñas.

Con este diseño, difícil de usar al principio pero que más adelante mejorará nuestra velocidad al escribir, se disminuirá notablemente el stress en manos, muñecas y hombros que todos hemos notado al estar demasiadas horas delante del ordenador.
Este modelo de teclado es el resultado de dos años de trabajo e investigación. Está diseñado no sólo para reducir los daños de las malas posturas, si no también para proporcionar una notable mejora de la productividad y comodidad a la hora de usar el ordenador.

Estos teclados vienen de fábrica configurados para Mac, aunque el usuario que disponga de ambas plataformas podrá fácilmente cambiar dicha configuración.
Aunque a primera vista parezca difícil de usar, lo cierto es que resulta bastante fácil adaptarse al nuevo teclado. Además, si no estamos contentos con la disposición de las teclas, podemos configurar la mayoría de ellas para más comodidad.
Otra novedosa característica es que puedes adaptarle una extensión para utilizar con el pie.
A pesar de ser un poco más caro que otros teclados ergonómicos, los modelos de Kinesis realmente merecen la pena.



domingo, junio 01, 2008

La vida según Cortázar




La vida, como un comentario de otra cosa que no alcanzamos, y que está ahí al alcance del salto que no damos.


La vida un ballet sobre un tema histórico, una historia sobre un hecho vivido, un hecho vivido sobre un hecho real.


La vida, fotografía del número, posesión en las tinieblas (¿mujer, monstruo?), la vida, proxeneta de la muerte, espléndida baraja, tarot de claves olvidadas que unas manos gotosas rebajan a un triste solitario.


Julio Cortázar


En: Rayuela, capítulo 104.