miércoles, febrero 27, 2008

El 27 de febrero de 1989

Centro de Caracas. El silencio 27-F1989



Avenida San Martín 27-F1989

Avenida San Martín 27-F1989

Algún lugar de Caracas 27-F1989

"La peste" luego del 27-F1989



"El 27 de febrero la gente salió a la calle y aún hoy no ha regresado"


Ramón J. Velásquez

Ex-Presidente de Venezuela

domingo, febrero 24, 2008

A veces las montañas de Sánchez Peláez






A VECES LAS MONTAÑAS



A veces las montañas
se esconden
y un caballo aparece intacto
bajo innumerables estrellas
con su lomo de rocío,


ahí es llama inmóvil
y sin jinete que lo guíe
sus flancos son faroles,


-respira, respira
ahuyenta el miedo,


-anda quieto: lago límpido
en el horizonte de la llanura,


-vuela y nos abandona:
hace una pausa de leguas y leguas,
vuelto una ofrenda de huesos fieles y cordilleras,


por eso
bebe del seno húmedo de la tierra entera;


el surco que tiene
es nuestro ombligo,
su batalla: el aire de intensas vibraciones,


en escasez o abundancia
somos el largo camino
y la vida breve,


mientras un caballo
entre nosotros y el resplandor
reclina todo su cuerpo sobre piedras tibias.

Juan Sánchez Peláez
Poemas inéditos. En: Obra Poética, Editorial Lumen, Barcelona, España. 2004.

sábado, febrero 23, 2008

6 años en cautiverio



HOY SE CUMPLEN SEIS AÑOS DEL SECUESTRO DE INGRID





Ingrid Betancourt Pulecio
Licenciada en Ciencias Políticas
Máster en Comercio Internacional
PhD en Relaciones Internacionales
Miembro de la Cámara de Representantes de Colombia (1994-1998)
Fundadora del partido Verde Oxígeno (1998)
Publica su libro: "La Rage au cœur" (1998)
Senadora de la República de Colombia (1998-2001)
El 23 de febrero de 2002 es secuestrada por un comando de las FARC-EP, mientras se dirigía a San Vicente del Caguán por tierra desde Florencia, para apoyar a un alcalde de su partido.
La ex candidata presidencial ha estado enferma de hepatitis, ha intentado fugarse cinco veces sin éxito, en una ocasión habría logrado escapar pero fue recapturada a los 5 días y después de ese hecho le impusieron como castigo llevar una cadena en el cuello durante las 24 horas.
¡LIBERTAD PARA INGRID BETANCOURT,
SIN CONDICIONES, YA!






jueves, febrero 21, 2008

Conservación de los recuerdos de Cortázar






Conservación de los recuerdos



Los famas para conservar sus recuerdos proceden a embalsamarlos en la siguiente forma: Luego de fijado el recuerdo con pelos y señales, lo envuelven de pies a cabeza en una sábana negra y lo colocan parado contra la pared de la sala, con un cartelito que dice: «Excursión a Quilmes», o: «Frank Sinatra».


Los cronopios, en cambio, esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio y cuando pasa corriendo uno, lo acarician con suavidad y le dicen: «No vayas a lastimarte», y también: «Cuidado con los escalones.» Es por eso que las casas de los famas son ordenadas y silenciosas, mientras en las de los cronopios hay una gran bulla y puertas que golpean. Los vecinos se quejan siempre de los cronopios, y los famas mueven la cabeza comprensivamente y van a ver si las etiquetas están todas en su sitio.


Julio Cortázar

domingo, febrero 17, 2008

Guía de la Grandeza de Sharma







SHARMA, Robin. Guía de la Grandeza, Grijalbo, Venezuela, 2007. 237 pp.

sábado, febrero 16, 2008

Una Rosa es una Rosa


Era un grupo fabuloso, el vídeo está grabado en directo en el Palau San Jordi, Montjuïc, Barcelona entre los días 01 y 02 de octubre de 1991 en el marco de la gira "Aidalai"

jueves, febrero 14, 2008

cita Garciamarquiana





" Examinó el aposento con la clarividencia de sus vísperas, y por primera vez vio la verdad: la última cama prestada, el tocador de lástima cuyo turbio espejo de paciencia no lo volvería a repetir, el aguamanil de porcelana descarchada con el agua y la toalla y el jabón para otras manos, la prisa sin corazón del reloj octogonal desbocado hacia la cita ineluctable del 17 de diciembre a la una y siete minutos de su tarde final. Entonces cruzó los brazos sobre el pecho y empezó a oir las voces radiantes de los esclavos cantando la salve de las seis en los trapiches, y vio por la ventana el diamante de Venus en el cielo que se iba para siempre, las nieves eternas, la enredadera nueva cuyas campánulas amarillas no vería florecer el sábado siguiente en la casa cerrada por el duelo, los últimos fulgores de la vida que nunca más, por los siglos de los siglos, volvería a repetirse ".

Gabriel García Márquez, El general en su laberinto

Acerca de los laberintos





"…sigo el odiado

camino de monótonas paredes

que es mi destino. Rectas galerías

que se curvan en círculos secretos

al cabo de los años."



Jorge Luis Borges

miércoles, febrero 13, 2008

O QUE SERÁ (À FLOR DA PELE)

O que será que me dá
Que me bole por dentro, será que me dá
Que brota à flor da pele, será que me dá
E que me sobe às faces e me faz corar
E que me salta aos olhos a me atraiçoar
E que me aperta o peito e me faz confessar
O que não tem mais jeito de dissimular
E que nem é direito ninguém recusar
E que me faz mendigo, me faz suplicar
O que não tem medida, nem nunca terá
O que não tem remédio, nem nunca terá
O que não tem receita
O que será que será
Que dá dentro da gente e que não devia
Que desacata a gente, que é revelia
Que é feito uma aguardente que não sacia
Que é feito estar doente de uma folia
Que nem dez mandamentos vão conciliar
Nem todos os ungüentos vão aliviar
Nem todos os quebrantos, toda alquimia
Que nem todos os santos, será que será
O que não tem descanso, nem nunca terá
O que não tem cansaço, nem nunca terá
O que não tem limite
O que será que me dá
Que me queima por dentro, será que me dá
Que me perturba o sono, será que me dá
Que todos os tremores me vêm agitar
Que todos os ardores me vêm atiçar
Que todos os suores me vêm encharcar
Que todos os meus nervos estão a rogar
Que todos os meus órgãos estão a clamar
E uma aflição medonha me faz implorar
O que não tem vergonha, nem nunca terá
O que não tem governo, nem nunca terá
O que não tem juízo
(Chico Buarque)
1976 © Marola Edições Musicais
Todos os direitos reservados. Copyright Internacional Assegurado. Impresso no Brasil

Eu sei que vou te amar - Bebo & Cigala


Eu sei que vou te amar
Por toda minha vida eu vou te amar
Em cada despedida eu vou te amar
Desesperadamente eu sei que vou te amar
E cada verso meu será pra te dizer
Que eu sei que vou te amar
por toda minha vida
Eu sei que vou chorar
A cada ausência tua eu vou chorar
Mas cada volta tua há de apagar
O que essa ausência tua me causou
Eu sei que vou sofrer
A eterna desventura de viver
À espera de viver ao lado teu
Por toda a minha vida

(Vinicius de Moraes)

martes, febrero 12, 2008

Ayuc Paye de SM

Sin duda, la banda más importante del rock venezolano.
SENTIMIENTO VIVE!

domingo, febrero 10, 2008

Fábula



Cuenta la leyenda que una vez una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga. Ésta huía rápido con miedo de la feroz predadora y la serpiente al mismo tiempo no desistía.
Huyó un día y ella la seguía, dos días y la seguía... Al tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga paró y le dijo a la serpiente:

¿Puedo hacerte tres preguntas?

- No acostumbro dar este precedente a nadie pero como te voy a devorar, puedes preguntar, contestó la serpiente...!!

¿Pertenezco a tu cadena alimenticia? preguntó la luciérnaga

- No, contestó la serpiente...!!!


- ¿Yo te hice algún mal ? dijo la luciérnaga

- No, volvió a responder la serpiente.

- Entonces, ¿por qué quieres acabar conmigo?

- ¡¡¡Porque no soporto verte brillar...!!!
Anónimo
Lector: Saca tu propia moraleja

sábado, febrero 09, 2008

GOL por Stephen Covey

El trabajo en equipo, es una de las características de las organizaciones exitosas, el siguiente post está dedicado a mis alumnos de la cátedra "Gerencia de Empresas Turísticas" en la Universidad Alejandro de Humboldt

jueves, febrero 07, 2008

Déjame sueltas las manos... de Pablo Neruda

Bo Derek







DÉJAME SUELTAS LAS MANOS...








Déjame sueltas las manos

y el corazón, déjame libre!

Deja que mis dedos corran

por los caminos de tu cuerpo.

La pasión -sangre, fuego, besos-

me incendia a llamaradas trémulas.

Ay, tu no sabes lo que es esto!


Es la tempestad de mis sentidos

doblegando la selva sensible de mis nervios.

Es la carne que grita con sus ardientes lenguas!

Es el incendio!

Y está aquí, mujer, como un madero intacto

ahora que vuela toda mi vida hecha cenizas

hacia tu cuerpo lleno, como la noche, de astros!

Déjame libres las manos

y el corazón, déjame libre!

Yo sólo te deseo, yo sólo te deseo!

No es amor, es deseo que se agosta y se extingue,

es precipitación de furias, acercamiento de lo imposible,

pero estás tú,

estás para dármelo todo,

y a darme lo que tienes a la tierra viniste-

como yo para contenerte,

y desearte,

y recibirte!


Pablo Neruda

El Arte de Calamaro

Andres Calamaro







"No existen tiempos mejores sino existe el tiempo"
Andrés Calamaro

miércoles, febrero 06, 2008

A una moneda de Jorge Luis Borges




Dollar de plata (1887) encapsulado por la NGC, en grado MS63





A UNA MONEDA



Fría y tormentosa la noche que zarpé de Montevideo.


Al doblar el Cerro,


tiré desde la cubierta más alta


una moneda que brilló y se anegó en las aguas barrosas,


una cosa de luz que arrebataron el tiempo y la tiniebla.


Tuve la sensación de haber cometido un acto irrevocable,


de agregar a la historia del planeta


dos series incesantes, paralelas, quizá infinitas:


mi destino, hecho de zozobra, de amor y de vanas vicisitudes,


y el de aquel disco de metal


que las aguas darían al blando abismo


o a los remotos mares que aún roen


despojos del sajón y del fenicio.


A cada instante de mi sueño o de mi vigilia


corresponde otro de la ciega moneda.


A veces he sentido remordimiento


y otras envidia,


de ti que estás, como nosotros, en el tiempo y su laberinto


y que no lo sabes.


Jorge Luis Borges

martes, febrero 05, 2008

Opinión de Mario Vargas Llosa








Por MARIO VARGAS LLOSA



La Erección Permanente



DESDE que, muy niño, oí describir al tío Lucho las magias y disfuerzos del Carnaval de Rio, soñaba con verlo de cerca, y, en lo posible, de dentro, en carne y hueso. Lo he conseguido. Aunque 62 años de edad, frecuentes dispepsias y una hernia lumbar no sean las condiciones óptimas para disfrutar de ella, la experiencia es provechosa, y afirmo que si toda la humanidad la viviera, habría menos guerras, prejuicios, racismo, fealdad y tristeza en el mundo, aunque, sí, probablemente, más hambre, disparidades, locura, y un incremento cataclísmico de la natalidad y el sida.


¿En qué sentidos es provechosa la experiencia? En varios, empezando por el filológico. Nadie que no haya estado inmerso en la crepitación del Sambódromo durante los desfiles de las catorce Escolas de Samba (49.000 participantes, 65.000 espectadores), o en alguno de los 250 bailes populares organizados por la alcaldía, y los centenares de bailes espontáneos desparramados por las calles de la ciudad, puede sospechar siquiera el riquísimo y multifacético contenido de que allí se cargan palabras sobre las que en otras partes se cierne una sospecha de vulgaridad, como tetas y culo, que, aquí, resultan las más espléndidas y generosas del idioma, cada una un vertiginoso universo de variantes en lo referente a curvas, sinuosidades, consistencias, proyecciones, tonalidades y granulaciones.


Cito estos dos ejemplos para no hablar en abstracto, pero podría citar igualmente todos los demás órganos y pedazos de la anatomía humana, que, en el Carnaval de Rio, a condición de llevar encima una prenda pigmea (la famosa tanga bautizada hilo dental), se exhiben con un desenfado, alegría y libertad que creía desaparecidos desde que la moral cristiana reemplazó a la pagana y pretendió ocultar y prohibir el cuerpo humano, en nombre del pudor. Todos ellos, de los talones al cabello, del ombligo a las axilas, del codo a los hombros y a la nuca, se lucen en esta fiesta con una soberbia confianza y orgullo de sí mismos, demostrando a los ignorantes -y recordando a los olvidadizos- que no hay rincón de la maravillosa arquitectura física del ser humano que no pueda ser bellísimo, fuente de excitación y de placer, y que, por tanto, no merezca tanto cuidado, fervor y reverencia como los privilegiados por la tradición y la poesía romántica: ojos, cuellos, manos, cintura, etcétera. No es la menor de las maravillas del Carnaval de Rio conseguir dotar, gracias al ritmo, el colorido y la efervescencia contagiosa de la fiesta en la que todos practican, en estado de trance, el exhibicionismo, de atractivo erótico a comparsas tan aparentemente anodinas del juego amoroso como las uñas y la manzana de Adán ("Esa menina tiene una linda calavera", oí entusiasmarse a un viejo, en la playa de Flamengo). No es de extrañar, por eso, que el enredo (el tema) de la Escola de Samba Caprichosos de Pilares fuera este año nada menos que el cirujano plástico Ivo Pitanguy, cuyos bisturíes y genio rejuvenecedor han derrotado a las escorias del tiempo en las caras y cuerpos de muchas bellezas (femeninas y masculinas) de este tiempo frívolo. Cierra el desfile de la Escola, bailando en lo alto de una carroza como un adolescente, el propio Pitanguy, un setentón inmortal cuya presencia y contorsiones enloquecen al público.


El espectáculo, en horas del amanecer, cuando la euforia, el baile, el gregarismo, las canciones, el calor, el frenesí, alcanzan el punto omega de la combustión, revela lo que debieron ser, allá atrás en la historia, las grandes celebraciones paganas, las fiestas báquicas sobre todo, esos cultos dionisiacos con sus libaciones desenfrenadas para sofocar el instinto de supervivencia y la razón, las copulaciones colectivas y sus sacrificios sangrientos. Aquí, la sangre no corre en el escenario mismo de la fiesta, pero la ronda, la acosa desde su periferia, y deja cadáveres en sus orillas (setenta asesinados de bala en los cuatro días de Carnavales, lo que prueba que Rio es una ciudad pacífica: en Sao Paulo fueron 240).


¿Qué importa un muerto más o un muerto menos en este demencial estallido de alegría multitudinaria, en esta representación en la que, toda una ciudad, por cuatro días y cuatro noches, como para confirmar todas las tesis de Johan Huizinga sobre la evolución de la cultura y la historia a partir de los juegos humanos y los espacios reservados o escenarios en que ellos se encarnan, se disfraza y metamorfosea, renunciando a sus preocupaciones y angustias, prejuicios y expectativas, moral, creencias, simpatías y fobias, y, revistiéndose de otra personalidad -la del disfraz que se ha echado encima-, se abandona a los disfuerzos, excesos y extravagancias que jamás se hubiera permitido la víspera, ni se permitirá mañana, cuando recobre su singularidad y sea, otra vez, la desesperación del parado, la angustia de la secretaria y el funcionario al que la creciente inflación merma el sueldo cada día, el empresario abrumado por la subida de los impuestos, el profesor al que la caída del real dejó sin viajar al extranjero o el sindicalista que echa la culpa de la crisis al Fondo Monetario Internacional y a sus imposiciones ultraliberales?

Porque, no olvidemos que estos Carnavales ocurren en medio de una crisis económica que tiene al mundo financiero internacional comiéndose las uñas por lo que pueda ocurrir en el Brasil. Si el durísimo Plan de Ajuste que ha permitido al gobierno brasileño que preside Fernando Henrique Cardoso recibir préstamos por la astronómica suma de 40.000 millones de dólares fracasa, el colapso brasileño arruinará no sólo al Brasil, también a los demás países del Mercosur, y los coletazos de la catástrofe removerán las bolsas y las economías de todo el planeta, tanto o más que las baterías de las Escolas de Samba remecen las caderas de las comparsas baianas. ¿Alguien se acuerda de esas mezquindades lúgubres en estos días de alboroto feliz? Sí, unos tristes sociólogos que, en los periódicos, se desgañitan criticando "la alienación" de la que sería víctima el pueblo brasileño. Este, desde luego, no se preocupa en absoluto; se ríe a carcajadas de la crisis y se mofa de ella, exorcizándola en grotescos muñecones de los carros alegóricos que las tribunas aplauden a rabiar. Y, para que no quepa la menor duda al respecto, este año, las Escolas de Samba han gastado un veinte por ciento más que el año pasado en la fabricación de los disfraces y las carrozas para el desfile, y las autoridades aumentado en varios millones de reales el presupuesto de la fiesta destinado a orquestas, fuegos artificiales, espectáculos y premios. ¿Va este derroche en contra de la sensatez, de la razón? Sí, naturalmente. Porque ésta es todavía una fiesta auténtica, una fiesta en el sentido más antiguo y primitivo de la palabra: cuando la sensatez y la razón eran aún frutas exóticas, y hombres y mujeres practicaban el potlach y eran todavía, esencialmente, emoción, sentidos a flor de piel, intuición, instinto.Quien mejor me ha explicado lo que ocurre estos días en Rio de Janeiro no es Nietzsche, con su visión del hombre dionisiaco, ni siquiera mi amigo el antropólogo Roberto da Matta, en su magnífico ensayo sobre el Carnaval, sino un crítico literario ruso, que jamás pisó el Brasil, y al que la intolerancia estalinista tuvo malviviendo y enseñando en perdidas comarcas de las estepas soviéticas: Mijail Baktin. Todo lo que he visto y oído en esta fulgurante semana carioca parece una ilustración animada de sus tesis sobre la cultura popular, que desarrolló en su deslumbrante libro sobre Rabelais.


Sí, aquí está, salida de las entrañas de los estratos más humildes de la escala social, esa respuesta desvergonzada, irreverente, ferozmente sarcástica, a los patrones establecidos de la moral y la belleza, esa negación vociferante de las categorías sociales y de las fronteras que tienden a separar y jerarquizar a las razas, a las clases, a los individuos, en una fiesta que todo lo iguala y lo confunde, al rico y al pobre, al blanco y al negro, al empleado y al patrón, a la señora y su sirvienta, que fulmina temporalmente los prejuicios y las distancias, y establece, en un paréntesis de ilusión, en un espejismo con sexo y música a granel, aquel mundo al revés del poema de José Agustín Goytisolo, donde las princesas son morenas y los barrenderos rubios, los mendigos felices y los millonarios desdichados, las feas bellas y las bellas bellísimas, el día noche y la noche día, y donde el "abajo" triunfa sobre el "arriba" humano e impone su rijosa libertad, su materialismo sudoroso, sus apetitos desatados y su exuberante vulgaridad como una apoteosis de vida, donde los "frescos racimos" de la carne cantados por Rubén Darío son universalmente exaltados como la más valiosa de las aspiraciones humanas.


Al encerrar el desfile de las Escolas de Samba en el Sambódromo -una iniciativa de un sociólogo progresista, el fallecido Darcy Ribeyro-, el establishment recuperó relativamente el Carnaval, y lo sujetó dentro de ciertas convenciones, pero, en la calle, éste no ha perdido un ápice su raigambre contestadora y revoltosa, su aura anárquica, y no sólo en los barrios populares, incluso en los de más austero cariz. En la principal avenida de la muy burguesa Ipanema, por ejemplo, me doy de bruces una noche con una comparsa de un millar o millar y medio de travestidos, muchachos y hombres maduros que, vestidos de mujer o semidesnudos, "samban" frenéticamente detrás de un camión con una orquesta, y se besan, acarician y poco menos que hacen el amor ante las miradas divertidas, indiferentes o entusiastas de los vecinos, que, desde las ventanas, cambian bromas con ellos, los aplauden y les lanzan mistura y serpentinas.


El protagonista de la fiesta es el cuerpo humano, ya lo he dicho, y la atmósfera en que reina y truena, la música, envolvente, imperiosa, regocijada, ciega. Pero, al amanecer, lo que prevalece y exacerba la lechosa madrugada es, por encima de los perfumes de marca, las refinadas lociones, los sudores, los vahos cocineros o alcohólicos, un espeso aroma seminal, de miles, cientos de miles, acaso millones de orgasmos, masculinos, femeninos, precoces o crepusculares, lentos o raudos, vaginales o rectales, orales o manuales o mentales, denso vapor de embrutecimiento feliz que contamina el aire y penetra en las narices de los aturdidos carnavaleros semidesahuciados, que, en los estertores de la fiesta, retornan a sus guardias o se derrumban en parques y veredas, a tomar un descanso, para, algunas horas después, resucitar y continuar sambando.


Los conservadores pueden dormir tranquilos: mientras exista el Carnaval, no habrá ninguna revolución social en el Brasil. Y serán fútiles todos los planes para controlar la libido de esa sociedad de demografía galopante que raspa ya los 170 millones de ciudadanos. Y sudará sangre, sudor y lágrimas ese presidente de lujo que es Fernando Henrique Cardoso para imponer la austeridad y la disciplina económica al pueblo que lo eligió. Y si el infierno de los creyentes existe, la representación en él de brasileñas será seguramente mayor que el de todas las otras sociedades juntas (lo que no deja de ser un alivio para los pecadores irredentos como este escriba). Pero, mientras el Carnaval carioca exista, para quienes lo vivan o recuerden, o incluso imaginen, la vida será mejor de la basura que es normalmente, una vida que, por unos días -como juraba el tío Lucho- toca los fastos del sueño y se mezcla con las magias de la ficción.


© Mario Vargas Llosa, 1999.
© Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Diario El País, SA, 1999.

domingo, febrero 03, 2008

Un sueño de Edgar Allan Poe






UN SUEÑO


¡Recibe en la frente este beso!

Y, por librarme de un peso

antes de partir, confieso

que acertaste si creías

que han sido un sueño mis días;

¿Pero es acaso menos grave

que la esperanza se acabe

de noche o a pleno sol,

con o sin una visión?

Hasta nuestro último empeño

es sólo un sueño

dentro de un sueño.


Frente a la mar rugiente

que castiga esta rompiente

tengo en la palma apretada

granos de arena dorada.

¡Son pocos! Y en un momento

se me escurren y yo siento

surgir en mí este lamento:

¡Oh Dios! ¿Por qué no puedo

retenerlos en mis dedos?

¡Oh Dios! ¡Si yo pudiera

salvar uno de la marea!

¿Hasta nuestro último empeño

es sólo un sueño dentro de un sueño?


Edgar Allan Poe