Cuenta la leyenda que una vez una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga. Ésta huía rápido con miedo de la feroz predadora y la serpiente al mismo tiempo no desistía.
Huyó un día y ella la seguía, dos días y la seguía... Al tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga paró y le dijo a la serpiente:
¿Puedo hacerte tres preguntas?
Huyó un día y ella la seguía, dos días y la seguía... Al tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga paró y le dijo a la serpiente:
¿Puedo hacerte tres preguntas?
- No acostumbro dar este precedente a nadie pero como te voy a devorar, puedes preguntar, contestó la serpiente...!!
¿Pertenezco a tu cadena alimenticia? preguntó la luciérnaga
- No, contestó la serpiente...!!!
- ¿Yo te hice algún mal ? dijo la luciérnaga
- No, volvió a responder la serpiente.
- Entonces, ¿por qué quieres acabar conmigo?
- ¡¡¡Porque no soporto verte brillar...!!!
Anónimo
Lector: Saca tu propia moraleja
2 comentarios:
Lamentablemente se asemeja a la vida real. LA envidia, que se disfraza con muchas caras, pero que es la madre de todos los males.
Un abrazo
Es así querida Claudia, es un calco de lo que podemos encontrar a la vuelta de la esquina.
Un beso.
Leonardo.
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