miércoles, diciembre 14, 2011

Como Orar



Como Orar



(para Nel)
Cada letanía
una mínima parte delimitada por parroquias
de un sentir sin palabras
países anatómicos
fronteras
límites
pero que son normas sin hermandad
sin comunión
Creí alguna vez que los que me ofendían no merecían perdón
(si me pides que lo confiese)
y aún siento que desde la mano sobre tu corazón sangrante
insistes en que acepte que se haga tu voluntad
entonces pienso olvidarlo todo
y comenzar una oración fervorosa
ahora tarde cuando veo que nunca oraba
No sé muy bien si realmente te conocí
pero un día me hablaron de tu infinito amor
y de cómo echaste a los mercaderes del templo
Liberaste de su tormento a los enfermos
le diste forma a los demonios de los torturados
con una voz expulsaste de sus cuerpos el dolor, el sufrir
Pero las bienaventuranzas no se me parecen ni al sacerdote de los primeros viernes de cada mes
tampoco a las monjas infelices

dentro
que no querrías que te llamaran Señor
(me parece por tu pelo largo y ojos profundos)
devolviendo una sonrisa sin reclinatorios
Mientras crecía te buscaba entre mis cercanos y quería tanto amar al prójimo
sola recordaba
lo lejos que estaba tu palabra
me di cuenta de eso mientras se convertía en refugio saber que sí existías
que existías y que tal vez mirabas lo que nadie miraba
apiadándote cada nuevo día de esta larga adolescencia
que seguía creyendo en tu voluntad
ahora quizá más confundida
Luego llegué a la universidad
y los que se te parecían no hablaban de ti
hablaban de profetas y luchadores sociales
hablaban de filosofía y escritores y músicos
me quedó entonces un desorden de cielo e infierno juntos
pero nada importante
una angustia por saber qué era la pobreza de espíritu
cuando todo interesaba y pesaba más
el mundo era muchísimo mayor ahora, el mundo envejecía
para entender como pasa el rico por el ojo de una aguja
nunca nos preocuparía el rico
y el mundo ahora lloraba porque no había fe, no había religión que lo arreglara
había puro mundo
solo mundo
Yo veía que eras la belleza
La no interpretación
el pobre de espíritu
el pobre de conciencia
eran aprendices
podían tener sin saberlo, algo de felicidad en sus saberes
en su inconsciencia
Y entonces conocí desde el hombre a la mujer
fui entendiendo el infinito amor
en el que tú tendrías el magnetismo de las pasiones
San Juan de la Cruz me lo confirmaría más tarde
una noche del cuerpo en el alma
parecida a la carrera tortuosa de la no correspondencia
y al insistir inagotable que contenía el goce
justamente por ser inagotable
y por eso un vacío tan humano
La sensación de que mi corazón sangraba era también tuya
Toda la feligresía extranjera a la que le basta un sol pétreo a través del vidrio de la carne
No logra imaginar el calor
quién podrá decir cuál es tu voluntad
si siempre entenderemos el destino a medias
Cuando dijiste “perdónalos, que no saben lo que hacen”
Era a esto a lo que te referías
que no sabremos ni aprenderemos
y que de todos modos nos perdonas, si nos perdonas
si existes para perdonar
si existes, dicen algunos
y no importa si lo dicen o si no lo dicen
Por mi parte
no digo ya hágase tu voluntad
la mía me suele llevar
justo cuando no me lo pides
a quien no me lo pide
y me convierte vocación y ritual
en tu nombre
criatura de tus revelaciones
en el amor que agradezco
y que me crece por ser humana
Eres y soy
la belleza en el espíritu que guarda todavía el joven de pelo largo de un almanaque
que me recuerda en esta presencia más vieja
y más curtida del bombeador inquilino de mi pecho
Mi oración existe nomás en el silencio
sin las palabras que corresponden a aquel bálsamo de infancia
en que yo era
ahora que soy presente vívido
fe que mira desde los ojos de un almanaque
el presente
como un regalo de historia universal que está en tus manos
y que es la historia de pocos seres, en el fondo
destino fuera del tiempo
corazón entregado
libertad amorosa
libertad

Annabel Petit


http://annabelalpapel.wordpress.com/2011/12/10/como-orar/

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