THIS CLOSE
In the room where we lie,
light stains the drawn shades yellow.
We sweat and pull at each other, climb
with our fingers the slippery ladders of rib.
Wherever our bodies touch, the flesh
comes alive. Head and need, like invisible
animals, gnaw at my breast, the soft
insides of your thighs. What I want
I simply reach out and take, no delicacy now,
the dark human bread I eat handful
by greedy handful. Eyes, fingers, mouths,
sweet leeches of desire. Crazy woman,
her brain full of bees, see how her palms curl
into fists and beat the pillow senseless.
And when my body finally gives in to it
then pulls itself away, salt-laced
and arched with its final ache, I am
so grateful I would give you anything, anything.
If I loved you, being this close would kill me.
Dorianne Laux
TAN CERCA
En la habitación donde nos acostamos hay manchas de luz amarilla en las persianas cerradas transpiramos uno sobre otro, trepamos con nuestros dedos resbaladizos escalando las costillas donde sea que nos toquemos, la carne cobra vida. Cabeza y necesidad como animales invisibles, muerde mi pecho, el suave interior de los muslos. Lo que quiero me acerco y simplemente lo tomo, ya sin delicadeza, como con las manos llenas el oscuro pan humano a puñados golosos. Los ojos, los dedos, la boca, sanguijuelas dulces del deseo. Mujer loca, cerebro lleno de abejas, mirá cómo se enroscan las palmas en puños y golpean la almohada sin sentido. Y cuando, finalmente, mi cuerpo se entrega después saca de sí una sustancia salada y arqueada con el dolor final, soy agradecida, y te daría cualquier cosa, lo que sea. Si te hubiese amado estando tan cerca me hubiera matado.
En la habitación donde nos acostamos hay manchas de luz amarilla en las persianas cerradas transpiramos uno sobre otro, trepamos con nuestros dedos resbaladizos escalando las costillas donde sea que nos toquemos, la carne cobra vida. Cabeza y necesidad como animales invisibles, muerde mi pecho, el suave interior de los muslos. Lo que quiero me acerco y simplemente lo tomo, ya sin delicadeza, como con las manos llenas el oscuro pan humano a puñados golosos. Los ojos, los dedos, la boca, sanguijuelas dulces del deseo. Mujer loca, cerebro lleno de abejas, mirá cómo se enroscan las palmas en puños y golpean la almohada sin sentido. Y cuando, finalmente, mi cuerpo se entrega después saca de sí una sustancia salada y arqueada con el dolor final, soy agradecida, y te daría cualquier cosa, lo que sea. Si te hubiese amado estando tan cerca me hubiera matado.
Dorianne Laux
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