domingo, marzo 15, 2009

La mejor reseña del Concierto de Carlos Santana en Venezuela

Carlos Santana en Venezuela


Entrada al concierto




A mí entender la mejor cobertura periodística acerca del Concierto de Carlos Santana en Venezuela el 10 de marzo de 2009, lo hizo la gente de El Universal, tanto a la llegada del astro como luego del concierto, aquí les dejo la reseña que realizó Pedro García, sin duda un verdadero conocedor de la obra de Santana





Un Woodstock otoñal y reposado

Carlos Santana venció y convenció en un concierto íntimo y con baja temperatura



Carlos Santana -es sabido-, suena a salsa, a rock, a blues y muchas veces a jazz. Esta versatilidad, que es su principal virtud, está acompañada por otra, no menos importante: Siempre suena como Carlos Santana.





El músico de Jalisco ha sabido reinventarse una y otra vez, y en Caracas, anoche, lo demostró en un concierto casi íntimo, ante unas 5 mil personas que tiritaban de frío en la cancha de fútbol de la Universidad Simón Bolívar, en una noche clara en la que alternó sus viejos éxitos (Samba pa' ti y Oye como Va como estandartes) con éxitos modernos, como María María (originalmente a dúo con el jamaiquino Wyclef Jean) o Smooth, en el marco de la gira Live your Light Tour, que lo está llevando de viaje por Latinoamérica.





"Calientito, calientito", bromeó Santana con la audiencia la primera vez que habló él y no su (sus) guitarra(s), luego de tocar al menos cuatro canciones. También él sentía el bajón de temperatura en la capital, que en el caso de Sartenejas era más fuerte que en el valle de Caracas. De su boca salía vapor.





Pero antes, ya se había encargado de darle calor a la noche con un fuerte jamming que comenzó con Soul Sacrifice, el tema que hace más de cuatro décadas lo lanzó a la fama: Una larguísima descarga de guitarras, teclados, percusión y vientos, que fue acompañada (como no) con el video de aquella presentación en el festival de Woodstock en la que el entonces jovencísimo guitarrista se metió al mundo en el bolsillo.





Los tiempos, por supuesto, han cambiado, pero el estilo Santana sigue siendo único. Y aunque algunos en la audiencia de la USB se inventaron a ratos sus "tres días de paz y amor" particulares, en general, la gente acompañó respetuosamente las evoluciones de Santana y su banda de diez músicos, a cual más virtuoso. Predominaba el público mayor de 50 años, y muchos de ellos con sus hijos: Las personas menores de 30 que se encontraban en la arena o bien iban con sus papás o bien tenían marcado aspecto de estudiantes universitarios. Incluso había niños. Era un concierto ideal para asistir con la familia. Los mesoneros vendían tragos de whisky entre la audiencia: Cerveza no había.





Muy lejos del frenesí que causó Santana en aquella gira de 1973, en el tope de su fama hippie, en la que la gente se lanzaba de la parte alta a la baja de la Monumental de Valencia o del Nuevo Circo de Caracas, o de aquella visita casi clandestina de 1992, cuando ni siquiera grababa discos. El Carlos Santana de hoy arrancó la década con ocho Grammys. Machuca el español, pero toca divinamente su instrumento, que cambia entre canción y canción: De una guitarra acústica pasa a una Gibson Les Paul dorada, y de esta a una guitarra verde, mientras sus cantantes -y maraqueros y panderetistas- Andy Vargas y Tony Lindsay van sin esfuerzo de los coros más salseros al hip hop, y del español al inglés y de vuelta; Chester Thompson, el tecladista, alterna los solos con la guitarra (ayer estaba de cumpleaños y se lo cantaron sus compañeros); y Raúl Rekow y Karl Perazzo hacen y deshacen con la percusión.








De Ain't got nobody a Black Magic Woman, Santana y su banda sonaron compactos e hicieron disfrutar al público que se acercó a verlos. Y después de mostrar su admiración por Barack Obama, hizo un llamado también al presidente Chávez: "Yo confío en su corazón. Que no haya tanta injusticia. Ni ricos tan ricos ni pobres tan pobres. Más middle class". Por supuesto, fue aplaudido a rabiar.







Pedro García Otero

1 comentario:

Ophir Alviárez dijo...

Qué chévere, Leo, tremendo show!!

Hace como tres años, tuve la oportunidad de asistir a una conferencia de Deborah King cuando aún era la esposa y dijo cosas interesantes sobre su vida con la estrella y la fundación que ambos dirigían. Después no supe nada más hasta ahora que me hiciste recordarlo y lamentar un divorcio tras 34 años.

En fin, la vida...

Besos,

OA