DOS CUERPOS
Cuántas veces, a tientas, en las noche,
Sueñan dos cuerpos fundirse en uno solo
Sin saber que al final son tres o cuatro.
Ocurre siempre ante el desnudo de la carne
y su ávido misterio:
de pronto un ojo extraño se abre en las almohadas,
cruzan labios volando por la niebla,
surgen intempestivas voces
de olvidados amantes.
Los espejos protegen a esos duendes
interpuestos en los jadeos
y los susurros.
Nada delata en las alcobas
sus crueles usurpaciones sentimentales.
Solamente la luna
sabe qué manos verdaderas se acarician,
qué rostros ríen detrás de las máscaras
y quiénes envueltos en la sombra
con pasos furtivos se reencuentran.
Solamente la luna que es redonda,
lenitiva y amarga.
Eugenio Montejo
3 comentarios:
NAda delata mas que una LUNA llena,
en medio de la boca de un amante
tierno.
Fascinante, no?
Leo, te leo calladita...
Besos,
OA
MONTEJO, una maravilla venezolana para el planeta.
Un gran saludo y un beso para ambas.
Por siempre vuestro.
Leonardo
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