martes, julio 31, 2007

Un libro y un poema de Rafael Arráiz Lucca


El coro de las Voces solitarias (Grupo Editorial Eclepsidra, 2003), libro imprescindible para adentrarse en la historia de la poesía venezolana. En él, su autor mediante un análisis riguroso pasea al lector por doscientos años de poesía nacional y se revela como un profundo conocedor de la poética de Venezuela.





Rafael Arráiz Lucca (1959) Escritor. Profesor Titular de la Universidad Metropolitana. Individuo de número de la Academia Venezolana de la Lengua. Abogado (UCAB, 1983) Especialista en comunicaciones integradas (UNIMET, 2002) Magíster en Historia Summa Cum Laude (UCAB, 2005) Actualmente es candidato a Doctor en Historia por la UCAB.
Inició sus tareas con la palabra en el Taller Calicanto y en el Grupo Guaire, desde entonces ha sido integrante o guía de diversos talleres literarios. Su trabajo ha merecido el Premio de Poesía de Fundarte (1987), el Premio Municipal de Poesía (1993). Ha sido Visiting Fellow en la Universidad de Warwick (1996) y titular de la cátedra Andrés Bello del Saint Antony´s College de la Universidad de Oxford (1999-2000) Actualmente en la Universidad Metropolitana, se desempeña como Decano Director del Centro de Estudios Latinoamericanos Arturo Uslar Pietri.



Cuatro


He muerto.


Desde que el desvarío de mis pupilas

anunciaba el estado de coma,

mis hijos han permanecido como canoas

en los costados del lecho.

Hilda, la enfermera que me asiste en el tránsito,

cata las intermitencias del pulso cada vez más lejano,

oye los murmullos de un gato agonizante sobre los rieles del tren.

Mis ojos abiertos están en blanco

y mi boca se abre aspirando las últimas bocanadas

del aire dichoso.

Un latigazo eléctrico sacude mis piernas

como el estertor del toro después de la puntilla:

mi corazón ha dejado de latir.


He muerto.


La sangre ha dejado de recorrer mi cuerpo en su frenesí.

Lo que sustentaba mi piel como una vieja promesa

le ha cedido el espacio al color amarillento de los papeles

decrépitos.

Soy una suerte de hoja ocre plagada de hongos,

un papiro abandonado sobre el tope de una nevera

inservible. Mi sangre, que durante años fue fiel en su periplo rutinario,

no recibe el impulso para su itinerario retórico.

Soy una casa olvidada por la suerte del fuego

que le ha dejado su reino al hielo más seco.


He muerto.


Una sola instrucción he dejado a mis deudos:

al apoderarse de mí la tiesura,

abran las ventanas para que mi alma encuentre su rumbo,

déjenla ir,

no interpongan ningún obstáculo a su vuelo,

el aleteo de las palomas que se anuncian

con el carraspeo de sus gargantas

les anunciará la ascensión del espíritu que encontró en mí

la hospitalidad de un cuerpo romo,

poco filoso, naturalmente tibio, herbívoro,

proclive al regazo de las hembras.


He muerto.


Las campanas de la iglesia vecina han propagado su eco

a la misma hora de mi nacimiento:

son las doce y treinta del mediodía de una fecha imprevista.

No recuerdo cuántos años han pasado desde mi llegada,

pero sé que la misma luz que me recibió me despide.


He muerto.


Asciendo en volandas hacia un espacio de luz

más blanco que las volutas de algodón,

pero nada hay en mi vuelo que perturbe la paz

de creer que he concluido todas mis batallas.

Atrás queda la ventana de mi apartamento

y más lejos aún la cama donde he rendido mis últimas fuerzas.

Ya Caracas es un paisaje abstracto que se divisa

entre el fragor de las nubes quiméricas.

Ya América se escruta entre la bruma

con su figura de trompo alargado y difuso.

Ya la tierra es una sola esfera azul que se achica

como una fortuna majestuosa que se pierde en el tiempo.


He muerto.


Asciendo hacia el punto donde todas las preguntas

adquieren respuesta.

Voy entrando en un túnel que acelera mi vuelo,

soy lo que siempre he sido:

una mínima partícula amada por un Dios memorioso.

Mis fragmentos de pronto han sido tocados

por el rayo de la totalidad:

todo en un segundo lo comprendo.

Las escenas centrales de mi tiempo terreno,

de las que ignoraba su carácter principal,

han salido al damero del entendimiento ejecutando su danza.

Todos los puntos que no advertía cercanos

han revelado ahora sus conexiones ocultas:

una araña teje su tela en la penumbra,

tengo en mis manos el Aleph de Carlos Argentino Daneri.


He muerto.



Rafael Arráiz Lucca

Un texto de César Uzcátegui


César Uzcátegui Mantilla (1965)

Antropólogo por la universidad Central de Venezuela (1990)
Profesor de la Universidad Católica “Andrés Bello”.
Maestro en Gestión y Políticas Culturales y Desarrollo.
por la Universidad de Girona, España.
Especialista en Cooperación Cultural Iberoamericana
por la Universidad de Barcelona, España.
Es uno de los fundadores de la editorial “La casa Tomada”
de la cual es miembro de su consejo directivo.
Ha publicado Postales vestidas de sombra (Mucuglifo 1993), Resguardos (Fondo Editorial Toromaina 1995), Aivel y otras partituras (Editorial La espada Rota 1997), Idioma de la Esquina (Contraloría General de la República 1998), El viento que entra a mi comarca (Fondo Editorial Toromaina 2002) , Calle D-3 (Poemas inéditos 2003), Antología Personal en CD (Editorial La Casa Tomada 2005), Plazo fijo para vivir (Editorial El perro y la rana 2007)




Dígame si esta es una protesta justificada para amarla

Dígame si esta es una protesta justificada para amarla
dígame que la garganta que tengo no es para usted
quéjese de su soledad que llego aquí abandonada
no me diga con desprecio que este encuentro a primera vista dure una noche sin acariciarla porque es mentira
abra y cierre su casa con la llave que ha encontrado aquí conmigo
desnúdese hasta que sus huesos rueguen para yo tenerla en la ducha y el espejo
en sus labios

hasta quitarnos la piel de un sol en el amanecer

César Uzcátegui Mantilla
(Calle D-3, Poemas inéditos, 2003)

lunes, julio 30, 2007

Dos textos de Déborah Cordero

La poetisa Déborah Cordero frente al busto de Andrés Eloy Blanco en la ciudad de Madrid, España






Déborah Cordero

Licenciada en Contaduría Publica (UCAB, 1985)

Postgrado en Sistemas de Información Gerencial (UCAB, 1987)

Diplomado en Liderazgo Financiero en Educación Superior (Tecnológico de Monterrey y Universidad de Hardvard, 2001)

Miembro del taller de poesía de la Escuela de Letras de la UCAB (2003-2004/2004-2005)

Es parte del equipo rectoral de la UCAB

Tiene publicado un libro bajo el sello de la editorial "La Casa Tomada" titulado "Fisuras" (2006)



Aquí


Aquí
en esta hora sin dueño e insomne

las manos sin vocales
callan

el espejo devuelve
tan sólo
cansancio y tiempo que ciega

He pensado

sacar del pecho la astilla
abandonar esta prisión de huesos
torcer las agujas
nombrar

pero es aquí
donde está a salvo
mi silencio.



Déborah Cordero




Sólo por un minuto



Sólo por un minuto
riega mis tallos
también mi boca

floreceré cierta
ante tu mirada

después

podré secarme
sin tu tiempo

permanecer
con tu aliento punzando mi memoria
con los abrazos detrás de mis ojos

y con el adiós desangrándome
los labios.


Déborah Cordero

domingo, julio 29, 2007

Un texto de Gonzalo Fragui



Gonzalo Fragui (1960)
Mucutuy, Estado Mérida, Venezuela.
Poeta, dibujante, periodista, editor Cofundador del Grupo Literario Mucuglifo.
MSc. en Filosofía. Actualmente cursa el doctorado en filosofía por la Universidad de Los Andes, Venezuela.






DE MARES Y OTRAS ADVERTENCIAS



A Raysa White Mas




“El mar es más que un paisaje
El mar es un sentimiento”

Luis Eduardo Aute


El mar
quién no lo sabe
es un cabalo de madera
recorriendo los prados de la infancia
son tus ojos
ahogándome en la espera
es un pedazo de papel
escrito a olas y corales
El mar
quién no lo sabe
es un caballero andante
desfaciendo entuertos
es un cuadro pintado
en el que navego cuando estás ausente
es un grito en la mitad del desconcierto
El mar
quién no lo sabe
es una canción de cuna
cuando tú y yo nacemos en la arena
tan cercana y tan distante
es un violín desgarrándose en la noche
El mar
quién no lo sabe
es un prisionero a cadena perpetua
es un poeta
y un pozo de nostalgias
El mar
quién no lo sabe
es un vaso de agua
donde se esconde el sol por las tardes
es un músico acompañado de sirenas
es un pedazo de cielo
y toda la triteza
El mar
quién no lo sabe
es el principio
y el fin último de mis cenizas
es un solitario insoportable
es el silencio callado de la tarde
El mar
quién no lo sabe
es un anciano encanecido
es un niño alegre
que se mece en los columpios
es un pájaro herido
volando hacia la muerte
El mar
quién no lo sabe
es el sudor que beso en tus pechos
es un recuerdo
rodeado de olvido por todas partes
es un disparo
y es un mensaje en una botella
llena de vino
El mar
quién no lo sabe
es un caballo de madera
con un montón de griegos por dentro.

Gonzalo Fragui

sábado, julio 28, 2007

El poder de la palabra: ¡Tengo un sueño!

Reverendo Martin Luther King Jr. en su histórica alocución donde dió su discurso "Tengo un sueño"






Por Martin Luther King, Jr.


Discurso leído en las gradas del Lincoln Memorial durante la histórica Marcha sobre Washington


Estoy orgulloso de reunirme con ustedes hoy, en la que será ante la historia la mayor manifestación por la libertad en la historia de nuestro país.


Hace cien años, un gran estadounidense, cuya simbólica sombra nos cobija hoy, firmó la Proclama de la emancipación. Este trascendental decreto significó como un gran rayo de luz y de esperanza para millones de esclavos negros, chamuscados en las llamas de una marchita injusticia. Llegó como un precioso amanecer al final de una larga noche de cautiverio. Pero, cien años después, el negro aún no es libre; cien años después, la vida del negro es aún tristemente lacerada por las esposas de la segregación y las cadenas de la discriminación; cien años después, el negro vive en una isla solitaria en medio de un inmenso océano de prosperidad material; cien años después, el negro todavía languidece en las esquinas de la sociedad estadounidense y se encuentra desterrado en su propia tierra.


Por eso, hoy hemos venido aquí a dramatizar una condición vergonzosa. En cierto sentido, hemos venido a la capital de nuestro país, a cobrar un cheque. Cuando los arquitectos de nuestra república escribieron las magníficas palabras de la Constitución y de la Declaración de Independencia, firmaron un pagaré del que todo estadounidense habría de ser heredero. Este documento era la promesa de que a todos los hombres, les serían garantizados los inalienables derechos a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.


Es obvio hoy en día, que Estados Unidos ha incumplido ese pagaré en lo que concierne a sus ciudadanos negros. En lugar de honrar esta sagrada obligación, Estados Unidos ha dado a los negros un cheque sin fondos; un cheque que ha sido devuelto con el sello de "fondos insuficientes". Pero nos rehusamos a creer que el Banco de la Justicia haya quebrado. Rehusamos creer que no haya suficientes fondos en las grandes bóvedas de la oportunidad de este país. Por eso hemos venido a cobrar este cheque; el cheque que nos colmará de las riquezas de la libertad y de la seguridad de justicia.


También hemos venido a este lugar sagrado, para recordar a Estados Unidos de América la urgencia impetuosa del ahora. Este no es el momento de tener el lujo de enfriarse o de tomar tranquilizantes de gradualismo. Ahora es el momento de hacer realidad las promesas de democracia. Ahora es el momento de salir del oscuro y desolado valle de la segregación hacia el camino soleado de la justicia racial. Ahora es el momento de hacer de la justicia una realidad para todos los hijos de Dios. Ahora es el momento de sacar a nuestro país de las arenas movedizas de la injusticia racial hacia la roca sólida de la hermandad.


Sería fatal para la nación pasar por alto la urgencia del momento y no darle la importancia a la decisión de los negros. Este verano, ardiente por el legítimo descontento de los negros, no pasará hasta que no haya un otoño vigorizante de libertad e igualdad.


1963 no es un fin, sino el principio. Y quienes tenían la esperanza de que los negros necesitaban desahogarse y ya se sentirían contentos, tendrán un rudo despertar si el país retorna a lo mismo de siempre. No habrá ni descanso ni tranquilidad en Estados Unidos hasta que a los negros se les garanticen sus derechos de ciudadanía. Los remolinos de la rebelión continuarán sacudiendo los cimientos de nuestra nación hasta que surja el esplendoroso día de la justicia.

Pero hay algo que debo decir a mi gente que aguarda en el cálido umbral que conduce al palacio de la justicia. Debemos evitar cometer actos injustos en el proceso de obtener el lugar que por derecho nos corresponde. No busquemos satisfacer nuestra sed de libertad bebiendo de la copa de la amargura y el odio. Debemos conducir para siempre nuestra lucha por el camino elevado de la dignidad y la disciplina. No debemos permitir que nuestra protesta creativa degenere en violencia física. Una y otra vez debemos elevarnos a las majestuosas alturas donde se encuentre la fuerza física con la fuerza del alma. La maravillosa nueva militancia que ha envuelto a la comunidad negra, no debe conducirnos a la desconfianza de toda la gente blanca, porque muchos de nuestros hermanos blancos, como lo evidencia su presencia aquí hoy, han llegado a comprender que su destino está unido al nuestro y su libertad está inextricablemente ligada a la nuestra. No podemos caminar solos. Y al hablar, debemos hacer la promesa de marchar siempre hacia adelante. No podemos volver atrás.


Hay quienes preguntan a los partidarios de los derechos civiles, "¿Cuándo quedarán satisfechos?"


Nunca podremos quedar satisfechos mientras nuestros cuerpos, fatigados de tanto viajar, no puedan alojarse en los moteles de las carreteras y en los hoteles de las ciudades. No podremos quedar satisfechos, mientras los negros sólo podamos trasladarnos de un gueto pequeño a un gueto más grande. Nunca podremos quedar satisfechos, mientras un negro de Mississippi no pueda votar y un negro de Nueva York considere que no hay por qué votar. No, no; no estamos satisfechos y no quedaremos satisfechos hasta que "la justicia ruede como el agua y la rectitud como una poderosa corriente".


Sé que algunos de ustedes han venido hasta aquí debido a grandes pruebas y tribulaciones. Algunos han llegado recién salidos de angostas celdas. Algunos de ustedes han llegado de sitios donde en su búsqueda de la libertad, han sido golpeados por las tormentas de la persecución y derribados por los vientos de la brutalidad policíaca. Ustedes son los veteranos del sufrimiento creativo. Continúen trabajando con la convicción de que el sufrimiento que no es merecido, es emancipador.


Regresen a Mississippi, regresen a Alabama, regresen a Georgia, regresen a Louissiana, regresen a los barrios bajos y a los guetos de nuestras ciudades del Norte, sabiendo que de alguna manera esta situación puede y será cambiada. No nos revolquemos en el valle de la desesperanza.

Hoy les digo a ustedes, amigos míos, que a pesar de las dificultades del momento, yo aún tengo un sueño. Es un sueño profundamente arraigado en el sueño "americano".


Sueño que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo:

"Afirmamos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales".

Sueño que un día, en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de esclavos, se puedan sentar juntos a la mesa de la hermandad.

Sueño que un día, incluso el estado de Mississippi, un estado que se sofoca con el calor de la injusticia y de la opresión, se convertirá en un oasis de libertad y justicia.


Sueño que mis cuatro hijos vivirán un día en un país en el cual no serán juzgados por el color de su piel, sino por los rasgos de su personalidad.


¡Hoy tengo un sueño!


Sueño que un día, el estado de Alabama cuyo gobernador escupe frases de interposición entre las razas y anulación de los negros, se convierta en un sitio donde los niños y niñas negras, puedan unir sus manos con las de los niños y niñas blancas y caminar unidos, como hermanos y hermanas.


¡Hoy tengo un sueño!


Sueño que algún día los valles serán cumbres, y las colinas y montañas serán llanos, los sitios más escarpados serán nivelados y los torcidos serán enderezados, y la gloria de Dios será revelada, y se unirá todo el género humano.

Esta es nuestra esperanza. Esta es la fe con la cual regreso al Sur. Con esta fe podremos esculpir de la montaña de la desesperanza una piedra de esperanza. Con esta fe podremos trasformar el sonido discordante de nuestra nación, en una hermosa sinfonía de fraternidad. Con esta fe podremos trabajar juntos, rezar juntos, luchar juntos, ir a la cárcel juntos, defender la libertad juntos, sabiendo que algún día seremos libres.


Ese será el día cuando todos los hijos de Dios podrán cantar el himno con un nuevo significado, "Mi país es tuyo. Dulce tierra de libertad, a tí te canto. Tierra de libertad donde mis antecesores murieron, tierra orgullo de los peregrinos, de cada costado de la montaña, que repique la libertad". Y si Estados Unidos ha de ser grande, esto tendrá que hacerse realidad.


Por eso, ¡que repique la libertad desde la cúspide de los montes prodigiosos de Nueva Hampshire! ¡Que repique la libertad desde las poderosas montañas de Nueva York! ¡Que repique la libertad desde las alturas de las Alleghenies de Pennsylvania! ¡Que repique la libertad desde las Rocosas cubiertas de nieve en Colorado! ¡Que repique la libertad desde las sinuosas pendientes de California! Pero no sólo eso: ! ¡Que repique la libertad desde la Montaña de Piedra de Georgia! ¡Que repique la libertad desde la Montaña Lookout de Tennesse! ¡Que repique la libertad desde cada pequeña colina y montaña de Mississippi! "De cada costado de la montaña, que repique la libertad".


Cuando repique la libertad y la dejemos repicar en cada aldea y en cada caserío, en cada estado y en cada ciudad, podremos acelerar la llegada del día cuando todos los hijos de Dios, negros y blancos, judíos y cristianos, protestantes y católicos, puedan unir sus manos y cantar las palabras del viejo espiritual negro: "¡Libres al fin! ¡Libres al fin! Gracias a Dios omnipotente, ¡somos libres al fin!"


Washington, DC

28 de agosto de 1963

viernes, julio 27, 2007

Un texto de Neveska Rodríguez



Neveska Rodríguez

Profesora e investigadora de la Universidad Católica Andrés Bello, con estudios de postgrado y amplia experiencia en Educación Media, Diversificada y Profesional. se desempeña como Directora Gerente de la Editorial Asterión.


XII


Él

se llama Blue

Me vigila cuando llego a casa

Llama mi atención tocando la puerta

y dando graciosos saltos

Blue es una hermosa y suave nube

que cabe en mis manos

Un pequeño suspiro

que de vez en cuando vuela


Neveska Rodríguez
En el mundo al revés (Poesía infantil)

jueves, julio 26, 2007

Luis Alberto Crespo



Luis Alberto Crespo (1941)
Nace en Carora, Estado Lara, Venezuela.
Poeta, ensayista, periodista cultural, director y fundador de suplementos y revistas literarias.
" Lo seco, lo desértico, entran en su poema junto al desamparo inmenso que nos ofrece la tierra. Ella nos estrega una cara de resplandor, pero también su reverso, su antípoda: Luis Alberto Crespo vuelve a atar estos contrarios, demadeja el ovillo, coloca ante nuestros ojos un lienzo puro, muy blanco y transparente". Juan Sánchez Peláez







Rucio

Lo sentí en el deseo

Vivía entre el enigma y mi frente

Muchas veces me encontré con su ilusión

Su yo sólo pedía hierba
y adiós

En él no había nadie
como un cardo

Y pisé tierra cuando dejó de ser mío
cuando le di mi palabra


Luis Alberto Crespo

miércoles, julio 25, 2007

Un Texto de Patricia Guzmán





Patricia Guzmán (1960)
Comunicadora Social egresada de la UCAB (1982)
MSc y Ph.D en Literatura Hispanoamericana obtenidos en la Universidad de La Sorbona (París III, 2000)
Ha sido directora de las páginas de arte de “ El Nacional”, del suplemento cultural “Bajo Palabra” de “El Diario de Caracas”, de la revista dominical “Estampas” y del suplemento literario “Verbigracia” de “El Universal”.
Ha sido directora de la Escuela de Comunicación Social de la UCAB.







Debajo de la Arcada


Aquí

debajo de la arcada


Debajo del ala de agua que remonta mis días


Aquí,

debajo de la arcada



En medio del pistilo del pecho del Ave,


Mendiga



Aquí,

Debajo de la arcada


En medio del pistilo del pecho



Sellado


Marcado con agua


¿Quién cuidará?



De mí,

lo oscuro


Si muero,

quién dará un poco de agua a los hombres


luego


Agua saca el Esposo de la casa



Agua

que todo aclara



Agua


Mancha



Agua


Náufraga en la voz del pájaro


Mancha


la orilla de lo por vivir


Circuncisa el alma

Para que prenda el alma

entre las arcadas





Que todo es –apenas-advertencia


Que unciones de agua nos aguardan





Hallada la corona del corazón


Hallada la corona del pistilo del pecho



La corona de la oración

que mora entre las arcadas






“Así como se entiende claro un dilatamiento o
ensanchamiento en el alma, a manera de como si el agua
que mana de una fuente no tuviese corriente, sino que la
misma fuente estuviese labrada de una cosa, que mientras
más agua manase, más grande se hiciese [la arcada] ; así
parece en esta oración, y otras maravillas que hace Dios en
el alma, que la habilita y va disponiendo para que quepa
todo en ella”.


…y va disponiendo para que quepa

el acompañamiento de lo desconocido

la soledad intacta



…y va disponiendo para que

las aguas se separen de las aguas

para que de El Edén surja un río/
que riegue el jardín


para que el río se transforme/
en cuatro cursos de agua

y el hombre se transforme/
en un ser vivo


después del pájaro

después del árbol



Y fue de tarde, y fue de mañana, un día


Y un ángel de El Eterno dijo


Aquí,

debajo de la arcada


¿Acaso no sigo viendo aquí tras mi visión?






Patricia Guzmán

lunes, julio 23, 2007

Un texto de Cesare Pavese

Cesare Pavese (1908-1950) poeta italiano, uno de los más importantes del s.XX. Uno de sus últimos textos Verrà la morte e avrà i tuoi occhi, se lo dedicó a la actriz estadounidense Constance Dowling después de haber sido rechazado por ella.




Verrà la morte e avrà i tuoi occhi

Verrà la morte e avrà i tuoi occhi
questa morte che ci accompagna
dal mattino alla sera, insonne,
sorda, come un vecchio rimorso
o un vizio assurdo. I tuoi occhi
saranno una vana parola,
un grido taciuto, un silenzio.


Cosí li vedi ogni mattina
quando su te sola ti pieghi
nello specchio. O cara speranza,
quel giorno sapremo anche noi
che sei la vita e sei il nulla.
Per tutti la morte ha uno sguardo.


Verrà la morte e avrà i tuoi occhi.
Sarà come smettere un vizio,
come vedere nello specchio
riemergere un viso morto,
come ascoltare un labbro chiuso.
Scenderemo nel gorgo muti.




Cesare Pavese





VENDRÁ LA MUERTE Y TENDRÁ TUS OJOS


Vendrá la muerte y tendrá tus ojos

esta muerte que nos acompaña

desde el alba a la noche, insomne,

sorda, como un viejo remordimiento

o un absurdo defecto. Tus ojos serán una palabra inútil,

un grito callado, un silencio.



Así los ves cada mañana

cuando sola te inclinas

ante el espejo. Oh, amada esperanza,

aquel día sabremos, también,

que eres la vida y eres la nada.

Para todos tiene la muerte una mirada.



Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.

Será como dejar un vicio,

como ver en el espejo

asomar un rostro muerto,

como escuchar un labio ya cerrado.

Mudos, descenderemos al abismo.



Cesare Pavese

domingo, julio 22, 2007

Un texto de Yolanda Pantin

Yolanda Pantin (1954)
Licenciada en Letras, Universidad Católica Andrés Bello, Venezuela.
Tallerista del Celarg, Calicanto y UCAB, fundadora del grupo Tráfico y de La Casa de la Poesía. Está considerada como una de las poetisas más importantes de Venezuela.




VITRAL DE MUJER SOLA

Se sabe de una mujer que está sola
porque camina como una mujer que está sola
Se sabe que no espera a nadie
porque camina como una mujer que no espera a nadie
Esto es
se mueve irregularmente y de vez en cuando se mira los zapatos
Se sabe de las mujeres que están solas
cuando tocan un botón por largo tiempo
Las mujeres solas no inspiran piedad
ni dan miedo
si alguien se cruza con ellas en mitad de la vereda
se aparta por miedo a ser contagiado
Las mujeres solas miran el paisaje
y se diría que son amantes
de las aceras/ de los entresuelos/ de las alcantarillas/ del subsuelo
de los subterfugios
Las mujeres solas están sobre la tierra al igual que sobre los árboles
les da igual porque para ellas es lo mismo
Las mujeres solas recitan parlamentos
estoy sola
y esto quiere decir que está con ella
para no decir que está con nadie
tanto se considera una mujer sola
Las mujeres solas hacen el amor amorosamente
algo les duele
y luego todo es más bien triste o colérico o simplemente amor
Estas mujeres se alumbran con linternas
van al detalle
saben donde se encuentra cada cosa
porque temen seguir perdiendo
y ya han perdido o ganado demasiado
Ellas no lo saben
porque van del llanto a la alegría
y a veces piensan en la muerte
También planean un largo viaje e imaginan encuentros posibles
Administran el dinero
compran legumbres
trabajan de 8 a 8
Si tienen hijos hacen de madres
son tiernas y delicadas
aunque muchas veces se alteren
un pensamiento recurrente es
ya no puedo ni un minuto más
Las mujeres solas tienen infinidad de miedos
terrores francamente nocturnos
los sueños de tales mujeres son
terremotos catástrofes sociales
Una mujer sola reconoce a otra mujer sola de forma inmediata
llevan el mismo cuello airado
lo cual no quiere decir que no quieran a nadie más que a sí mismas
esto es completamente falso
Lo cierto es que la casa de una mujer sola
está abierta a su antojo
Una mujer sola
no puede curar su soledad
porque nada está enfermo
se remedia lo curable
una gripe o un dolor de estómago
La mujer que piense que su soledad es curable
no es una mujer sola
es un estado transitivo entre dos soledades
infinitamente más peligrosas
Una mujer sola es una mujer acompañada
aunque de este hecho no se percate más que el zapato
al que mira con detenimiento
o el botón
que parece representar algo verdaderamente importante
como de hecho lo es
como los árboles o el cielo
sólo que el privilegio que deriva de semejante atención
es más bien propio de las almas temperadas al siguiente fuego:
id contigo
para estar con vosotros

Yolanda Pantin

lunes, julio 16, 2007

Dos textos de Antonio Cisneros

Antonio Alfonso Cisneros Campoy, (Lima, 27 de diciembre de 1942). Poeta peruano.
Estudió en la universidad de San Marcos y la Universidad Católica entre 1960 y 1965. Doctorado en Letras en 1974. Pertenece a la llamada "Generación del sesenta" de la literatura peruana. Ha sido uno de los que más ha publicado y el más reconocido poeta peruano de este grupo. Sus poemas se caracterizan por la frecuente alusión a aspectos de la literatura, la cultura y la vida contemporánea como material para las reflexiones del autor, que suele usar un sentido del humor irónico. Sus poemas han sido traducidos a 14 idiomas.





CUATRO BOLEROS MAROQUEROS


1 Con las últimas lluvias te largaste


y entonces yo creí que para la casa más aburrida


[del suburbio


no habrían primaveras


ni otoños ni inviernos ni veranos.


Pero no.


Las estaciones se cumplieron


como estaban previstas en


[cualquier almanaque


Y la dueña de la casa y el cartero


no me volvieron a preguntar


por ti.


2 Para olvidarme de ti y no mirarte


miro el viaje de las moscas por el aire


Gran Estilo


Gran Velocidad


Gran Altura.


3 Para olvidarte me agarro al primer


tren y salgo al campo


Imposible


Y es que tu ausencia


tiene algo de Flora de Fauna de Pic Nic.


4 No me aumentaron el sueldo por tu ausencia


sin embargo


el frasco de Nescafé me dura el doble


el triple las hojas de afeitar.


(De Cómo higuera en un campo de golf, 1972)




PARA HACER EL AMOR


Para hacer el amor debe evitarse un sol muy fuerte sobre los ojos de la muchacha

tampoco es buena la sombra si el lomo del amante se achicharra

para hacer el amor.

Los pastos húmedos son mejores que los pastos amarillos

pero la arena gruesa es mejor todavía.

Ni junto a las colinas porque el suelo es rocoso ni cerca

de las aguas.

Poco reino es la cama para este buen amor.

Limpios los cuerpos han de ser como una gran pradera:

que ningún valle o monte quede oculto y los amantes

podrán holgarse en todos sus caminos.

La oscuridad no guarda el buen amor.

El cielo debe ser azul y amable, limpio y redondo como un techo

y entonces

la muchacha no vera el Dedo de Dios.

Los cuerpos discretos pero nunca en reposo,

los pulmones abiertos,

las frases cortas.

Es difícil hacer el amor pero se aprende.


(De Comentarios Reales)


Antonio Cisneros

lunes, julio 09, 2007

Dr. José Gregorio Hernández







Dr.José Gregorio Hernández Cisneros

(Isnotú, Trujillo, 26 de octubre de 1864 -Caracas, 29 de junio de 1919)


Médico y científico venezolano, solidario con los más necesitados, tanto que muchos venezolanos lo consideran un santo a pesar de no estar beatificado por la Iglesia Católica y de no ejercer efectivamente un cargo clerical. Murió de forma trágica, cuando golpeado por un automóvil, cae al suelo y se golpea la cabeza con el borde de la acera, en la esquina de Amadores, La Pastora, Caracas, Venezuela, pueblo hoy integrado en Caracas. Ofrendó su vida a Dios por la paz del mundo. Sus restos reposan en el Templo de la Parroquia La Candelaria de esta ciudad, después de estar por mucho tiempo en el cementerio general del Sur. Era la tumba más visitada de dicho cementerio.


Actualmente está en proceso de beatificación y canonización logrando en el año 1986, que el Papa Juan Pablo II, lo declarara "Venerable".


Siendo el primero de seis hermanos, hijo de Benigno María Hernández Manzaneda y Josefa Antonia Cisneros Mansilla, de ascendencia colombiana y española respectivamente. Toda su infancia la pasó en su pueblo natal pues su padre era dueño de un comercio en la localidad, posición bastante elevada para el momento.


A los 13 años de edad, José Gregorio manifestó a su padre su deseo de estudiar la carrera de Leyes; sin embargo, su padre le convenció para que estudiara medicina. Para ello tuvo que trasladarse a la ciudad de Caracas para realizar sus estudios de bachillerato. Al llegar a la capital, inició sus estudios en el Colegio Villegas, uno de los más prestigiosos colegios de la época, el cual era dirigido por Guillermo Tell Villegas.


El 28 de junio de 1888, Hernández recibe el título de medicina en la Universidad Central de Venezuela, luego de graduarse, el Gobierno de Venezuela le otorga una beca que le permite viajar a París, a los fines de profundizar su conocimiento en áreas más aplicadas de la medicina que para dicho momento no eran bien conocidas en el país.


Para noviembre de 1889, ya se encontraba cursando estudios en el laboratorio de histología de Mathias Duval. Durante dichos estudios, José Gregorio profundiza en las áreas de Microbiología, Histología Normal, Patología, Bacteriología y Fisiología Experimental, entre otras.
Terminados sus estudios en esa ciudad, solicita permiso y se traslada a Berlín a estudiar histología y anatomía patológica y seguir un nuevo curso de bacteriología.


Culminados sus estudios, Hernández regresa a Venezuela a fin de ingresar como profesor en la Universidad Central de Venezuela en Caracas, además, aprovecha para traer valiosos equipos médicos al Hospital Vargas. Fue él quien introdujo el microscopio en Venezuela por primera vez.

En 1891, el doctor Hernández regresa de Europa, y en noviembre de ese año, comienza su actividad como docente en las cátedras de Histología Normal y Patológica, Fisiología Experimental y Bacteriología, de la Universidad Central de Venezuela (UCV) fundador de ambas, hay que destacar que al culminar sus estudios de postgrado en París y Berlín, le fue delegada la responsabilidad de adquirir con recursos del Estado Venezolano los materiales necesarios e indispensables para instalar "El Laboratorio de Fisiología Experimental" en Caracas, así como la adquisición de la bibliografía que fuera necesaria para la apertura de las cátedras mencionadas en la UCV, labor que cumplió con empeño, honestidad, y eficiencia propias de su persona. Fue él quien introdujo el microscopio en Venezuela, y muchos de los instrumentos que trajo de Francia, según el testimonio del Dr. Augusto Pi Suñer se encontraban en uso para su época.


El 14 de septiembre de 1909, es nombrado profesor de otra Cátedra, esta vez la de Anatomía Patológica Práctica, la cual funcionó anexa al Laboratorio del Hospital Vargas, y en de la cual se encargó hasta la creación de la Cátedra de Anatomía Patológica de la Universidad Central con asiento en el Instituto Anatómico y que fue regentada por el Dr. Felipe Guevara Rojas, en 1911.
No sólo fue el fundador de la Cátedra de Bacteriología, puesto que también fue la primera persona en Venezuela en publicar un trabajo de dicho disciplina, denominado “Elementos de Bacteriología” en 1906. La cátedra de bacteriología fue la primera que se fundó en América. Es con él cuando comienza la verdadera docencia científica y pedagógica, a base de lecciones explicativas, con observación de los fenómenos vitales, la experimentación sistematizada, prácticas de vivisección y pruebas de laboratorio. Introdujo el microscopio y enseñó su uso y manejo; coloreó y cultivó microbios; hizo conocer la teoría celular de Virchow. Fue además, un gran fisiólogo y un biólogo eminente, pues conocía a fondo la física, la química y las matemáticas, ciencias básicas y trípode fundamental sobre la que reposa toda la dinámica animal. Las aplicaciones prácticas de esas experiencias, las supo poner al servicio de la finalidad suprema de la medicina, que no es otro que curar enfermos y proteger la vida.


Su labor docente fue interrumpida en dos oportunidades. La primera cuando decide hacerse religioso en el monasterio la orden de San Bruno en La Cartuja de Farneta, a la cual llegó el 16 de julio de 1908, y de la que regresó el 21 de abril de 1909, para en mayo de ese año reincorporarse a sus actividades académicas en la Universidad. La segunda vez que interrumpió sus actividades docentes fue a partir del primero de octubre de 1912 cuando el gobierno dictatorial del General Juan Vicente Gómez, decreta el cierre de la Universidad, ya que ésta se había puesto en contra de dicho tirano. En enero de 1916 al crearse la "Escuela de Medicina Oficial" que funcionó en el Instituto Anatómico en la esquina de San Lorenzo. Hubo otra corta interrupción, pero esta vez sin apartarse del ámbito académico, ya que en 1917 viaja a las ciudades de Nueva York y Madrid a realizar estudios; de sus Cátedras queda encargado temporalmente su ilustre discípulo el doctor Domingo Luciani. Reinicia su actividad docente el 30 de enero de 1918 hasta el día sábado 28 de junio de 1919, el cual fue la víspera del trágico día en que ocurrió el accidente que le segó la vida.

Era conocido como un profesor bastante culto (hablaba francés, alemán, inglés, italiano, portugués, dominaba el latín, era músico, filósofo y poseía profundos conocimientos de teología), exigente y se caracterizaba por la puntualidad en el cumplimiento de sus deberes profesorales. Formó una escuela de investigadores quienes despeñaron un rol importantísimo en la medicina venezolana. Discípulos de Hernández fueron el Dr. Jesús Rafael Risques, quien fue su sucesor en la Cátedra de Bacteriología y Parasitología, Rafael Rangel (1877-1909) considerado como el fundador de la parasitología nacional.


Es sabido que de la mano de los Doctores Mathias Duval, Isidro M Strauss, y Charles Robert Richet, (este último el 11 de diciembre de 1913, fue galardonado con el Premio Nóbel de Medicina por sus investigaciones sobre Anafilaxia), los conocimientos teóricos y obtuvo el dominio de las técnicas histológicas, en boga para esa época, así como adquirió los conceptos básicos sobre la embriología, así como se encontró en posición de introducir en las últimas décadas del siglo XIX las ideas y el método experimental debido a Claude Bernard. Con estas herramientas adquiridas en Francia, Hernández introduce y establece el método experimental en Venezuela.


Aunque Hernández sólo escribió trece trabajos científico, una cantidad poco numerosa, la Academia Nacional de la Medicina (de la cual fue fundador) le reconoce, que su trabajo reviste significativa importancia por: Su capacidad como clínico de someterse al rigor del método anatomoclínico que la escuela francesa había llevado hasta el cenit en su aplicación (como en los casos presentados por Hernández sobre tuberculosis, neumonía, y fiebre amarilla). Su capacidad de manejar los recursos derivados de las técnicas complementarias de diagnóstico (los datos de la histología patológica, de la bacteriología, de la parasitología y de la fisiología) para lograr una cabal interpretación de los procesos patológicos presentes en el paciente. Su capacidad para crear hipótesis novedosas (los datos de hematimetría en los sujetos de nuestro medio, la descripción de una nueva forma de "angor pectoris" de origen palúdico).


El Dr. Juan José Piugbó, de quien tomamos las ideas centrales de esta parte de este artículo, escribió muy sabiamente: “Su faceta religiosa con todo lo encomiable que sea considerada en el plano místico, no debe opacar el inmenso aporte que realizó a la ciencia médica venezolana".
A pesar de no ser ocupar algún cargo dentro del clero de la iglesia, José Gregorio era un ferviente creyente del catolicismo, por lo cual de crear haber cumplido para con su familia, la ciencia y su país, decidió avocarse a la vida religiosa, en el año 1907, luego de discutir el caso con el arzobispo de Caracas para ese entonces, Monseñor Juan Bautista Castro, envía una carta al Prior de la orden de San Bruno en La Cartuja de la Farneta cerca de Lucca, Italia. Por su parte, Mons. Juan Castro también envía una carta de recomendación al prior en donde le solicita la admisión de José Gregorio a la orden.


El 16 de julio de 1908, José Gregorio arriba a la orden en donde debe pasar un nuevo examen de su vocación antes de poder entrar novicio. Es instruido en dicho momento sobre los detalles de su futuro y de la orden así como se comprueba su vocación de religioso.

Oración a José Gregorio Hernández

La población venezolana es especialmente devota al Dr. Hernández a quien rezan diversas oraciones entre las que se cuentan nombrada a continuación.

“Oh Dios misericordioso, que te has dignado escoger a Venezuela para ser la Patria de tu siervo JOSE GREGORIO, quien prevenido por tu gracia practicó desde niño las más heroicas virtudes, en especial una fe ardiente, una pureza angelical y una caridad encendida, siendo ésta la escala por la cual su alma voló a tu divino encuentro cuando recibiste el holocausto de su vida. Concédenos que brille pronto sobre su frente la aureola de los santos, si es para tu mayor gloria y honor de la Santa Iglesia. Te lo pedimos por los méritos de Cristo Nuestro Señor. Amén”


Texto obtenido de WIKIPEDIA

jueves, julio 05, 2007

¿Qué es el éxito?

Carlos Slim


¿Qué es el éxito?
Autor: Carlos Slim (1940)

Empresario mexicano, egresado de la UNAM en Ingeniería Civil. Según la revista Forbes, abril 2007, el segundo hombre más rico del planeta, accionista de Cerveza Corona, Tequila Herradura, Tequila José Cuervo, Telmex, América Móvil, Cigatam , Sears, Apple Computer, Prodigy, entre otras compañías.

El éxito no tiene nada que ver con lo que mucha gente se imagina:

No se debe a los títulos nobles y académicos que tienes, ni a la sangre heredada o a la escuela donde estudiaste.

No se debe a las dimensiones de tu casa o de cuantos carros quepan en tu garaje.

No se trata de si eres jefe o subordinado; o si eres miembro prominente de clubes sociales.

No tiene que ver con el poder que ejerces o si eres un buen administrador o hablas bonito, o si las luces te siguen cuando lo haces.

No es la tecnología que empleas.

No se debe a la ropa que usas, ni a los grabados que mandas a bordar en tus ropas, o si después de tu nombre pones las siglas deslumbrantes que definen tu status social.

No se trata de si eres emprendedor, hablas varios idiomas, si eres atractivo, si eres feo, joven o viejo.

El éxito se debe a cuanta gente te sonríe, a cuanta gente amas y cuantos admiran tu sinceridad y la sencillez de tu espíritu.

Se trata de si te recuerdan cuando te vas.

Se refiere a cuanta gente ayudas, o cuanta gente evitas dañar y si guardas o no rencor en tu corazón.

Se trata de que en tus triunfos estén incluidos tus sueños.

De si tus logros no hieren a tus semejantes. Es acerca de tu inclusión con otros, no del control sobre los demás.

Es sobre si usaste tu cabeza tanto como tu corazón, si fuiste egoísta o generoso, si amaste a la naturaleza o a los niños o ayudaste a un anciano.

Es acerca de tu bondad, tu deseo de servir, tu capacidad de escuchar y tu valor sobre la conducta.

No es acerca de cuantos te siguen sino de cuantos realmente te aman. No es acerca de transmitir, sino cuantos te creen si eres feliz o finges estarlo.

Se trata del equilibrio de la justicia que conduce al bien tener y al bien estar.

Se trata de tu conciencia tranquila, tu dignidad invicta y tu deseo de ser más, no de tener más.
¡Eso es éxito…!

Ahora pregúntate, ¿verdaderamente soy exitoso? si lo eres bajo estas cualidades, te felicito. Si no todavía tienes tiempo de alcanzarlo.

¡Te deseo éxito!

REVISTA PODER.