Nunca tuve la oportunidad de conocer a Arturo Úslar Pietri, pero recordar sus programas de valores humanos me llenaba de admiración y respeto, él era una voz lúcida en el panorama venezolano de día a día, aunque sabía que siempre recibía a los visitantes en su casa de La Florida.
Siempre alertaba con claridad meridiana acerca de los peligros que aguardaban a Venezuela, por los desaciertos de la clase política que dirigía los destinos de la nación y por la no creación en la conciencia colectiva de la virtud del ahorro y de la siembra del petróleo.
Esa tarde de 26 de febrero de 2001, escuché por el noticiero de Venevisión, la noticia de la muerte del gran escritor, era carnaval, Caracas estaba vacía como consecuencia del acostumbrado puente, al día siguiente (27) me dirigí al cementerio del este a presentarle mis respetos al insigne hombre de letras.
Allá me encontré a Efrén Rodríguez, joven egresado de educación de la UCAB, ambos compartíamos la admiración por la obra de Don Arturo – él, sí había ido a su casa, de visita como miembro del centro de estudiantes de la Escuela de Educación de la UCAB -, finalizaba el último oficio religioso en capilla, realizado por monseñor Trino Valera.
Siempre alertaba con claridad meridiana acerca de los peligros que aguardaban a Venezuela, por los desaciertos de la clase política que dirigía los destinos de la nación y por la no creación en la conciencia colectiva de la virtud del ahorro y de la siembra del petróleo.
Esa tarde de 26 de febrero de 2001, escuché por el noticiero de Venevisión, la noticia de la muerte del gran escritor, era carnaval, Caracas estaba vacía como consecuencia del acostumbrado puente, al día siguiente (27) me dirigí al cementerio del este a presentarle mis respetos al insigne hombre de letras.
Allá me encontré a Efrén Rodríguez, joven egresado de educación de la UCAB, ambos compartíamos la admiración por la obra de Don Arturo – él, sí había ido a su casa, de visita como miembro del centro de estudiantes de la Escuela de Educación de la UCAB -, finalizaba el último oficio religioso en capilla, realizado por monseñor Trino Valera.
Cuando partió el sepelio rumbo a la sepultura cerca de la capilla del cementerio, caminamos hasta allá, observamos que no habían muchas personas que colaboraran y decidimos ayudar, tomamos el féretro, encabezando el breve desplazamiento, mi amigo por el lado izquierdo y yo por el derecho, y lo conducimos a su última morada, donde antes de bajarlo a tierra, se le rindieron honores con la Bandera Nacional y el canto del “Gloria al Bravo Pueblo”.
Así fue mi único encuentro con Úslar, recuerdo que estaban presentes su hijo Federico Úslar Braun, acompañado siempre por Macky Arenas, estaban además Andrés Sosa Pietri –con sus hijos- y en actividades laborales la periodista de Radio Caracas Televisión Luisana Ríos, así como otras personas.
Así fue mi único encuentro con Úslar, recuerdo que estaban presentes su hijo Federico Úslar Braun, acompañado siempre por Macky Arenas, estaban además Andrés Sosa Pietri –con sus hijos- y en actividades laborales la periodista de Radio Caracas Televisión Luisana Ríos, así como otras personas.
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