miércoles, diciembre 25, 2013

Sin Título

Alejandro Sebastiani Verlezza
(Foto de Isabela Muci)





24 de diciembre, 2013



Patria dispersa: caes

como una pastillita de veneno sobre mis horas

Roque Dalton, “El alma nacional”



País mío no existes

solo eres una mala silueta mía

Roque Dalton, “El gran despecho”



Si no podemos conseguir harina

ni un litro de leche

ni un rollo de tualé

ni el hilo para amarrar las hallacas



si tampoco podemos conseguir

unas cuántas lechugas para nuestras pobres bagatelas

–y qué decir de las buenas botellas de siempre–

¿quién coño va a estar

pensando en la poesía

y la belleza?



he visto las mejores mentes de mi generación quemarse por una idea



bueno

a mí me da lástima

no/

            lástima no

perdón

me-da-horror-me-da-pánico



quemarse por un cuerpo

–digo yo–



¿pero por una idea?

¿por una idea que solo existió en la cabeza de alguien que ya no está?



esto solo para dar cuenta de la magnitud del asunto

–quiero decir–

el hueco donde estamos metidos



pero claro

–¡cómo olvidarlo!–

el petróleo –siempre negro– suele nublarnos

sobre todo por estos días de utilidades

cuando tenemos las barricadas repletas de ron y lujuria

                                                 de pan y circo

–tampoco podemos culparnos–



dígame usted

vecino

ahora son las diez de la noche

ayer el BCV devaluó

y retumban los fuegos artificiales

usted oye su vallenato en paz

empieza a manosear unos muslos de pollo

y la marea del ron le sugiere alegres visiones



cómo pedirle a usted que piense en lo que viene

si está inmerso en la poesía

en su poesía

que no es ni mejor ni peor que la mía

                                                                /claro está



esa es la vaina/

            nadie puede pedirle

que se detenga en algún pensamiento

–yo tampoco quiero hacerlo–

total

ya en enero se verá qué redondeamos

cualquier vaina montamos unas arepas en el sartén  

y las vendemos en la puerta del edificio

porque eso sí

–la cocina se me da muy bien–



eso mismo me decían mis amigos en la época del paro

cuando me pidieron hacer unos bistecs para venderlos

                                                             en la cola de las gasolineras

pero yo no quise

                        –por pendejo por flojo–



entonces

la patria

            /la patria del vallenato y la risa

la patria VTV y su mundo feliz

la patria mi calle se está cayendo pero tenemos patria

la patria toda que pronto será un refugio

–el de una idea, que no se me entienda mal–



la patria de los sapos y las botas

la patria de los que condenan ese trinchera llamada desencanto

                                     porque decir “lucidez” ya sería demasiado



la patria

                        la patria amigos míos

la patria de los que nos culpan –y chantajean– por no militar en la idea



son las diez y pico de la noche

y este debe ser el tercer o cuarto poemita político que escribo



“bueeeeeno”

–poemita es un decir–

más bien un leve panfleto contra el poder y su loquera

–como Erasmo–

pero con intensiones muchísimo más modestas

solo con un poco de indignación

una pizca de arrechera

póngase en la olla otro tanto de melancolía

y revuélvase en el mierdero de la historia

con las estadísticas de la inseguridad



lo explico así

lo más fácil posible

como si fuera una receta de cocina

como si fuera un poema del catire



¡Feliz Navidad, nojoda!



ALEJANDRO SEBASTIANI VERLEZZA




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