viernes, julio 10, 2009

El arte poética de María Calcaño


Su camisa es de tela
corriente
pero cuando se acerca
es como una llama
que se abraza a mi cuello
Porque me olvido de todo.
No sé si grito de amor
o es el trance
de la quemadura
que mi sangre mantiene
como una flor de llama
Y no conozco su nombre.
Ni recuerdo su cara.
Pero pasa a mi lado
y yo vuelvo a morir.

María Calcaño

2 comentarios:

Ophir Alviárez dijo...

Ese libro está en mis prioridades en el próximo viaje, ojalá lo consiga, ojalá.

Gracias por asentir conmigo en eso de que a veces, sólo a veces, se vale morir.

Abrazote!

OA

Leonardo Melero dijo...

Mi querida Ophir, gracias por siempre estar entre mis primeras lectoras, de ese libro se puede decir lo siguiente:

El poeta Andrés Eloy Blanco reveló su perplejidad enviándole una carta: “Se abre el libro, y se enciende como yesquero. Se cierra, se apaga, pero queda uno chamuscado”.

La carta, recopilada por María Eugenia Bravo, devela el corazón del poeta cumanés: “Todos los poemas del libro me gustan. Todos. Es usted terriblemente poeta, y es intrépida y honda: ‘hasta no saberle el tamaño’. ¿Vive usted en Maracaibo definitivamente? ¿Cómo fue eso de publicar en Chile? Yo quisiera saber cosas de usted, María. ¿Quiere contarme cómo recibieron su libro? ¿Y qué edad dice usted que tiene? Lo que sé de usted es que es una gran poeta y tiene un admirable y tierno corazón de diablo. Y que hace arder las manos”.

Esa es la obra poética de una grande como nuestra María Calcaño.

Sí Ophir, a veces, sólo a veces se vale morir.

Un beso

Por siempre tuyo

Leonardo