Armando Rojas Guardia
Poeta Venezolano
La noche del deseo
Esta tarde, al hundir mi rostro ávido
en aquella flora tibia
que brota en la juntura de tus muslos,
mientras una luna oblicua
(noche cruda del lenguaje)
iluminaba mi presencia
en las últimas regiones de los cuerpos
-nuestros cuerpos-
donde copulan dioses y animales,
comprendí súbitamente
que sólo las palabras más sucias
harían justicia al mito que nos une,
porque allí, bajo aquel rayo sagrado,
toda crueldad es inocente
y cualquier gesto
es sólo un dibujo paleolítico
al fondo de la gruta milenaria
donde aguarda la espalda obscena del amor:
aquella maldad divina
sin la cual no es posible imaginar
la perfección.
Armando Rojas Guardia
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