martes, julio 23, 2013

23/07 Conmemoración de la muerte de Amy Winehouse






























23/07



“They tried to make me go to rehab, I said, "No, no, no" ”

Amy Winehouse







Una voz desgarradora e hiriente emerge desde el sótano de las adicciones

como un rayo destella y grita: No, No , No

el impétigo hace de las suyas nuevamente y el espejo implacable sólo refleja la crueldad
del momento            cada imagen nueva lacera las pupilas     una y otra vez



Amy, prefiere tocar el piano, su guitarra y escaparse de la cotidianidad en cada una de las 
melodías que resuenan como rocas en su cabeza


en vez de entrar en un cuarto con paredes de goma espuma y almo-hadas gigantes

grita: No, No , No       cada vez que le insinúan la rehabilitación



Camden Square ha sido testigo de sus andanzas                              

del crepite incesante de cada noche en vela

de cada desmayo        de cada regreso

de la colmena de zozobra en la que ahora  habita

de los mensajeros y múltiples paquetes que llegan              

de cada botella que comienza y de cada botella que se agota

del surco despiadado que cada uno de sus pasos poco a poco van dejando en el pasillo

de cada lágrima que borran el maquillaje por otro ciclo que se va

de cada vez que recorre con sus dedos uno a uno sus tatuajes

de cuando mira y remira en ese mismo espejo el espacio dejado por los dientes que ahora
le hacen falta

de los  mismos gritos que  ahora se repiten como un mantra terrible: No, No, No                                 




los flashes  paparazzi acechan cada ventana de la casa número 30 y  se regodean a su antojo   
como hienas ante su presa         excremento poseso del amarillismo

                                                    arropado en el vaho de un puñado de libras



una mañana de julio -a sus 27- quiso ser madre y no entendió cuando su novio 
por teléfono mil veces le dijo: No, No, No                                                 
esa noche del 23, en su élitro de angustia tan sólo prefirió enseñar su dedo medio a todos
y bañarse la conciencia en litros de vodka.



Leonardo Melero.




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