23/07
“They
tried to make me go to rehab, I said, "No, no, no" ”
Amy Winehouse
Una voz desgarradora e hiriente
emerge desde el sótano de las adicciones
como un rayo destella y grita:
No, No , No
el impétigo hace de las suyas
nuevamente y el espejo implacable sólo refleja la crueldad
del momento cada imagen nueva lacera las pupilas
una y otra vez
Amy, prefiere tocar el piano,
su guitarra y escaparse de la cotidianidad en cada una de las
melodías que
resuenan como rocas en su cabeza
en vez de entrar en un cuarto
con paredes de goma espuma y almo-hadas gigantes
grita: No, No , No cada vez que le insinúan la
rehabilitación
Camden Square ha sido testigo
de sus andanzas
del crepite incesante de cada
noche en vela
de cada desmayo de
cada regreso
de la colmena de zozobra en la
que ahora habita
de los mensajeros y múltiples paquetes
que llegan
de cada botella que comienza y
de cada botella que se agota
del surco despiadado que cada
uno de sus pasos poco a poco van dejando en el pasillo
de cada lágrima que borran el
maquillaje por otro ciclo que se va
de cada vez que recorre con sus
dedos uno a uno sus tatuajes
de cuando mira y remira en ese
mismo espejo el espacio dejado por los dientes que ahora
le hacen falta
de los mismos gritos que ahora se repiten como un mantra terrible: No,
No, No
los flashes paparazzi acechan cada ventana de la casa
número 30 y se regodean a su antojo
como hienas ante su presa excremento poseso del amarillismo
arropado
en el vaho de un puñado de libras
una mañana de julio -a sus 27-
quiso ser madre y no entendió cuando su novio
por teléfono mil veces le dijo:
No, No, No
esa noche del 23, en su élitro
de angustia tan sólo prefirió enseñar su dedo medio a todos
y bañarse la conciencia en
litros de vodka.
Leonardo
Melero.
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