Retrasos y excusas hormonales en torno a P y NP
Decidir si la inclusión entre las clases
de complejidad P y NP es estricta, no tiene sentido mientras exista ese fetiche
etrusco del lunar sobre tus labios.
Disertar entre las relaciones
existentes entre “x” y “y”, puede resultar una tarea muy compleja, para un
simple iniciado. Abreviar un conjunto de problemas sin acudir a la tecnología,
utilizando O(f(n)) del recurso R
(donde n es el tamaño de la entrada) resulta un despropósito singular,
si no puedo olisquear las feromonas de tu cuello.
Adivinar el conjunto de problemas
de decisión que pueden ser resueltos en tiempo polinómico, poco importa, si no
bebo de tu caudal de lluvia trópica. Decidir si continúo transcribiendo notaciones circunscritas a un lánguido auditorio, pierde
utilidad luego de recibir el último de tus mensajes inconscientes.
Leonardo Melero
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