Falleció el poeta venezolano Alfredo Silva Estrada
En horas de la madrugada de este jueves 15 de octubre dejó de existir a los 76 años de edad el poeta y traductor venezolano Alfredo Silva Estrada, Premio Nacional de Literatura de Venezuela (1998) y Gran Premio Internacional de Poesía de la Bienal de Lieja (Bélgica, 2001), víctima de un cáncer cerebral.
Nacido en Caracas el 14 de mayo de 1933, Silva Estrada cursó filosofía en la Universidad Central de Venezuela (UCV), con profesores como Juan David García Bacca, Juan Nuño y Ernesto Mayz Vallenilla. Graduado en 1957, viaja a Europa para continuar estudios de posgrado en La Sorbona (París, Francia), y en esa época se inicia como traductor. En 1960 se casa con Sonia Sanoja. A su regreso a Venezuela ingresaría nuevamente a la UCV, esta vez como profesor.
Desde sus dos libros iniciales, De la casa arraigada (1953) y Cercos (1954), Silva Estrada fue reconocido como un renovador de la poesía venezolana. El escritor Juan Liscano calificaría estos poemarios como “búsquedas poéticas originales fundamentadas sobre un concepto estructural del lenguaje ajeno a concesiones anecdóticas, a lo ‘entendible’, a lo lírico concebido como efusión y extraversión verbales, contagiosas, fáciles”. Asimismo, el poeta Eugenio Montejo reconoce en los poemas de Silva Estrada “la primacía del intelecto sobre la intuición”.
Reconocía la influencia de los poetas venezolanos Enriqueta Arvelo Larriva, Juan Sánchez Peláez, Ana Enriqueta Terán, Ida Gramcko y Luis Fernando Álvarez, así como del francés Fernand Verhesen. Además del ensayo La palabra trasmutada (1989), y de los dos poemarios iniciales ya mencionados, Silva Estrada publicó los poemarios Del traspaso (1962), Integraciones. De la unidad en fuga (1962), Literales (1963), Lo nunca proyectado (1963), Transverbales I (1967), Acercamientos (1969), Transverbales II (1972), Transverbales III (1972), Los moradores (1975), Los quintetos del círculo (1978), Contra el espacio hostil (1979), Dedicación y ofrendas (1986), Por los respiraderos del día (1998), En un momento dado (1998) y Al través (2002), entre otros.
Figura capital de la poesía venezolana, Silva Estrada recibió en los últimos años el homenaje de sus colegas en diversas ocasiones. En 2005 fue la figura central de la XII Semana Internacional de la Poesía, que sería la última edición de este evento, y más recientemente, en junio de este año, fue coprotagonista, junto con Elizabeth Schön (Caracas, 1921-2007), de una de las sesiones del ciclo “Celebrando a los maestros del asombro”, ocasión en la que Alexis Romero moderó una mesa en la que participaron los poetas Rosa Mello, Natasha Tiniacos, Daniel Pradilla y Cristian Álvarez.
En una de las conversaciones sostenidas con Chefi Borzacchini para el libro Acercamientos a Alfredo Silva Estrada (2005), había dicho el poeta: “Mi enfermedad ha sido el peor momento de mi vida, el cáncer que padecí. Pero haciendo un balance de toda mi existencia, juro que he sido muy feliz. No sólo por la presencia de mi familia, de mis antepasados, sino fundamentalmente por la presencia de Sonia Sanoja. Mi vida ha sido un privilegio”.
Fuentes: Ficción Breve Venezolana • Google Books
http://www.letralia.com/219/1015silvaestrada.htm
En horas de la madrugada de este jueves 15 de octubre dejó de existir a los 76 años de edad el poeta y traductor venezolano Alfredo Silva Estrada, Premio Nacional de Literatura de Venezuela (1998) y Gran Premio Internacional de Poesía de la Bienal de Lieja (Bélgica, 2001), víctima de un cáncer cerebral.
Nacido en Caracas el 14 de mayo de 1933, Silva Estrada cursó filosofía en la Universidad Central de Venezuela (UCV), con profesores como Juan David García Bacca, Juan Nuño y Ernesto Mayz Vallenilla. Graduado en 1957, viaja a Europa para continuar estudios de posgrado en La Sorbona (París, Francia), y en esa época se inicia como traductor. En 1960 se casa con Sonia Sanoja. A su regreso a Venezuela ingresaría nuevamente a la UCV, esta vez como profesor.
Desde sus dos libros iniciales, De la casa arraigada (1953) y Cercos (1954), Silva Estrada fue reconocido como un renovador de la poesía venezolana. El escritor Juan Liscano calificaría estos poemarios como “búsquedas poéticas originales fundamentadas sobre un concepto estructural del lenguaje ajeno a concesiones anecdóticas, a lo ‘entendible’, a lo lírico concebido como efusión y extraversión verbales, contagiosas, fáciles”. Asimismo, el poeta Eugenio Montejo reconoce en los poemas de Silva Estrada “la primacía del intelecto sobre la intuición”.
Reconocía la influencia de los poetas venezolanos Enriqueta Arvelo Larriva, Juan Sánchez Peláez, Ana Enriqueta Terán, Ida Gramcko y Luis Fernando Álvarez, así como del francés Fernand Verhesen. Además del ensayo La palabra trasmutada (1989), y de los dos poemarios iniciales ya mencionados, Silva Estrada publicó los poemarios Del traspaso (1962), Integraciones. De la unidad en fuga (1962), Literales (1963), Lo nunca proyectado (1963), Transverbales I (1967), Acercamientos (1969), Transverbales II (1972), Transverbales III (1972), Los moradores (1975), Los quintetos del círculo (1978), Contra el espacio hostil (1979), Dedicación y ofrendas (1986), Por los respiraderos del día (1998), En un momento dado (1998) y Al través (2002), entre otros.
Figura capital de la poesía venezolana, Silva Estrada recibió en los últimos años el homenaje de sus colegas en diversas ocasiones. En 2005 fue la figura central de la XII Semana Internacional de la Poesía, que sería la última edición de este evento, y más recientemente, en junio de este año, fue coprotagonista, junto con Elizabeth Schön (Caracas, 1921-2007), de una de las sesiones del ciclo “Celebrando a los maestros del asombro”, ocasión en la que Alexis Romero moderó una mesa en la que participaron los poetas Rosa Mello, Natasha Tiniacos, Daniel Pradilla y Cristian Álvarez.
En una de las conversaciones sostenidas con Chefi Borzacchini para el libro Acercamientos a Alfredo Silva Estrada (2005), había dicho el poeta: “Mi enfermedad ha sido el peor momento de mi vida, el cáncer que padecí. Pero haciendo un balance de toda mi existencia, juro que he sido muy feliz. No sólo por la presencia de mi familia, de mis antepasados, sino fundamentalmente por la presencia de Sonia Sanoja. Mi vida ha sido un privilegio”.
Fuentes: Ficción Breve Venezolana • Google Books
http://www.letralia.com/219/1015silvaestrada.htm
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