MIENTRAS GIRE LA TIERRA
Déjame que te ame mientras gire la tierra
Y los astros inclinen sus cráneos azules
sobre la rosa de los vientos.
Flotando, a bordo de este día
En que al azar, por un instante,
despertamos tan cerca.
Pude vivir en otro reino, en otro mundo,
a muchas leguas de tus manos, de tu risa,
En un planeta remoto, inalcanzable.
Pude nacer hace ya siglos
cuando en nada existías
y en mis angustias de horizonte
adivinarte en sueños de futuro,
pero mis huesos a esta hora
Ya serían árboles o piedras.
No fue ayer ni mañana, en otro tiempo,
en otro espacio,
ni ocurrirá ya nunca,
aunque la eternidad cargue sus dados
a favor de mi suerte.
Déjame que te ame mientras la tierra siga
gravitando al compás de sus astros
y en cada minuto nos asombre
este frágil milagro de estar vivo.
No me abandones hasta que ella se detenga.
Eugenio Montejo
Déjame que te ame mientras gire la tierra
Y los astros inclinen sus cráneos azules
sobre la rosa de los vientos.
Flotando, a bordo de este día
En que al azar, por un instante,
despertamos tan cerca.
Pude vivir en otro reino, en otro mundo,
a muchas leguas de tus manos, de tu risa,
En un planeta remoto, inalcanzable.
Pude nacer hace ya siglos
cuando en nada existías
y en mis angustias de horizonte
adivinarte en sueños de futuro,
pero mis huesos a esta hora
Ya serían árboles o piedras.
No fue ayer ni mañana, en otro tiempo,
en otro espacio,
ni ocurrirá ya nunca,
aunque la eternidad cargue sus dados
a favor de mi suerte.
Déjame que te ame mientras la tierra siga
gravitando al compás de sus astros
y en cada minuto nos asombre
este frágil milagro de estar vivo.
No me abandones hasta que ella se detenga.
Eugenio Montejo
2 comentarios:
EY, Leonardo:
Comparto contigo esa afición por Eugenio Montejo. Espero estés excelente, yo he llegado a Venezuela y he mirado a Caracas, sobre todo Caracas, muy deteriorada. No necesito imaginar qué ha pasado durante mi estancia en España.
Cuidate mucho y escríbeme.
Mi querida y apreciada Tarántula, que bueno saberte en Venezuela, recibe un beso en una de tus patitas!
Con el afecto en la palabra, y la admiración por Montejo.
Por siempre
Leonardo
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